Delfos: en el ombligo del mundo

Por: Israel Alvarado (texto y fotos)
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Estoy sumergido en medio de un bosque de olivos. Es el mes de agosto en la isla de Corfú. Es un bosque tan espeso que parece mentira. ¿Olivos milenarios? El calor y la sequedad destilan un olor fuerte como a “virgen extra”. Pero es un olor que te llena, marca el lugar, y sabes que siempre lo asociarás a Grecia.

Por ahora no sé a dónde me dirijo, pero ella, ella desde su alta montura, ya me vigila…

Todavía me quedará pasar por la plácida Olimpia, bajar hacia el sur, la península de Mani, volver a Corinto, llegar a Atenas

Sí, me estoy desviando también de la ruta de viaje, pero es que Delfos impone

Por ahora sigo en un pueblo marinero de la isla jónica y todavía me quedaré una semana más descansando. Descansando a base de yiaourti me meli (yogurt con miel) y queso feta. Sí, ya lo sé! no es una dieta muy equilibrada. Mi cuerpo lo sabe bien, a razón de la cantidad de granos que florecen en mi piel. Por cierto, hablando de comida, no pruebes a hacer una tortilla made in Spain con aceite de ese octanaje.

La Pitia sigue allí en su gruta, haciendo emanar sus designios, escribiendo en la vida de las personas, imprimiendo su futuro

Sí, me estoy desviando también de la ruta de viaje. Pero es que Delfos impone.
Me imagino que entre las razones mundanas por la que Delfos está situada en un lugar tan agreste como éste es que impone: debajo del monte Parnaso, dominando el golfo de Corinto, en una ladera con unos desniveles de no te menees, encima de una llanura inmensa de olivos allá abajo, las rocas calizas…
De las razones divinas por las que este santuario de la Grecia clásica se ubicó aquí, hay una que hace callar a todas las demás: es el centro del mundo. O, para ser más exacto, en Delfos se encontraba el Ombligo del Kosmos, el Omphalos. Piedra enorme con forma de huevo órfico que representa, esculpidos a modo de trenzas, la confluencia de todos los caminos en un punto o centro: el Centro de Delfos.

De aquí surge el mito de su Oráculo y la Historia de una parte de Grecia.
Y ella, la Pitia, sigue allí en su gruta, haciendo emanar sus designios, escribiendo en la vida de las personas, imprimiendo su futuro.

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Comentarios (2)

  • Juan

    |

    Muy bueno Isrrael. Entran ganas de volver a esos lugares leyendo tus lineas. Un abrazo!

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  • Raul

    |

    Enhorabuena por sus palabras. EL espiritu del viajero se abre camino. Un abrazo.

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