Kilimanjaro, Kilimanjaro!! (parte 2)

Por: Nacho Melero (Texto e fotos)
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Durante la larga noche controlé la intermitencia de mi nivel de concentración con un mantra improvisado: "soy poderoso, muy poderoso, no te gobierna el cansancio, no te gobierna". La mente entraba en trance, y yo descansaba con ella.

Cuando por un chasquido aquel nivel meditativo se diluía, podía oír con formidable claridad los jadeos de uno y las náuseas de otro. Alguno de nosotros vomitó, y todos en algún momento quisimos darnos la vuelta. Querías huir, hasta el momento en que levantabas la mirada del suelo, y en aquella noche cristalina veías la silueta iluminada de Moshi allá abajo. Nós máis do que 5000 metros de altura y la ciudad ¡a más de 4200 metros de distancia vertical!

Nós máis do que 5000 metros de altura y la ciudad ¡a más de 4200 metros de distancia vertical!

La soledad del Kilimanjaro permite esa perspectiva, la misma que te da una ventanilla de avión, pero esta vez con el cristal bajado. Oigo al comandante decir: "Bienvenidos señores pasajeros, la temperatura exterior es de"

La llegada a la primera cumbre, Stella Point, tiene lugar después de superar terreno arenoso y rocoso. Son las cinco de la madrugada. Un simple paso en aquel desierto alpino se convierte en una hazaña. Casi había acabado el partido y ¡aún quedaba la prórroga!

O 200 metros entre “Stella Point” y “Uhuru Peak” es otra de las pruebas psicológicas de esta aventura. Recuerdo llorar. No sé si porque aún quedaban 200 metros, o porque sólo quedaban 200 metros. El cansancio es desconcertante. Hay escarcha en mis cejas, y fuego en mi corazón. Aquella última distancia la recorrí como un borracho cuando vuelve a casa. Teniendo en cuenta que eran las seis de la mañana la comparación no es fortuita. Me iba tambaleando, y no daba cuatro pasos sin apoyar mis manos en las rodillas. Exhalo, y el aire no llega a mis pulmones. Hipoxia.

Esa es la montaña que me gusta, la que te extenúa y la que debilita a cualquiera, pero a pesar de ello, tú cuidas y a ti te cuidan.

Me inclino y traslado el peso de mi mochila desde los hombros a mis riñones. Jadeo. El frío quema mis comisuras. Necesito sentarme. Veo el final. Te preguntan qué tal vas, y tú dices que vas bien, cuando en realidad estás roto. Esa es la montaña que me gusta, la que te extenúa y la que debilita a cualquiera, pero a pesar de ello, tú cuidas y a ti te cuidan. ¡Pole Pole, Kilimanjaro!” exclama el guía con la sabiduría del entrenador que busca el último aliento de sus jugadores en la prórroga de una “finalísima”.

La luz del amanecer despierta a todos los colores con la fuerza renovada de un nuevo día. Belleza sagrada. En aquel púlpito bendije la ley del esfuerzo.

Hablaba con Don Kilimanjaro pero, en verdad, me dirigía a la Reina Madre para solicitar la salud eterna de mi hijo Mario.

Charli, uno de los Sancho Bros, dice que ellas siempre dan algo, pero también lo quitan. Y que la cima es el lugar para decirles, qué es lo que quieres que te quiten, para así evitar que te robe lo que deseas. Mi petición fue con delicada educación. Hablaba con Don Kilimanjaro pero, en verdad, me dirigía a la Reina Madre para solicitar la salud eterna de mi hijo Mario.

Ahí arriba supe que de haberle otorgado Su Majestad un escudo de armas al noble Don Kilimanjaro, en la corona del mismo estarían sus nieves, en su alma el viento, y como soporte del blasón, el espíritu de todos aquellos que hemos hollado su cima.

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Comentarios (10)

  • Ricardo Coarasa

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    ¡Grande Nacho! Una de mis asignaturas pendientes, que se aviva aún más después de leerte. Un detallazo el cartel de VaP. É, de feito, el espíritu de todos los que hacemos esta revista. Abz

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  • Nacho

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    Grazas Ricardo!!!!! Os tuve muy presentes en el ascensoy quise dejar constancia de ello. Gracias a todos vosotros por dejarme participar en este proyecto alucinante. Larga vida a VAP!

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  • alberto

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    Nacho pura pasión !!! Estupendo relato.
    Gracias por realizar el encargo que te pedí!!!
    Quizás te escucharon los dioses ???
    Estoy seguro que SÍ !!!
    Nos vemos en las alturas…abz

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  • Meli

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    Tan bonito y entrañable como siempre, parte 1 y parte 2. Que suerte tenerte que me trasladas con tus viajes. Precioso!!!

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  • Nacho

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    Meli, la próximo mejor que contártela¡la compartimos!

    Un bico enorme

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  • Inés

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    Nacho, fascinante tus dos relatos !!! Unha experiencia de vida, Eu amei, gracias por trasladarme a la montaña más alta de África. Un bico

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  • Nacho

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    Gracias a ti por tu entusiasmo Inés. Un besoooo

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  • Alina

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    Don Kilimanjaro en palabras de Nacho es único. He disfrutado de una descripción llena de emoción, hecha por un gran amante de los viajes, de la vida y de la gente. ¡Qué satisfacción te deja el haber superado una prueba tan exigente como llegar a la cima de este gran coloso de la Tierra!! ¡Enhorabuena, campeón!! a por la siguiente….y gracias por compartir estas historias con nosotros!!

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  • Marga

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    Me encanta Nacho. Formidable como siempre !!!

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  • Marga Noguera

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    Muy contenta de haberte encontrado y mucho más de leer lo que escribes. Espero que te acuerdes de mí. Saludos amigo

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