Hay agua líquida en Marte. Ahora

Por: Laura Berdejo (Texto) NASA (Fotos)
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Hay agua líquida en Marte. Ahora. Fluye, como fluyen los arroyos en la sierra de Guadarrama o los torrentes por los Pirineos, o por lo menos así fluye en nuestro imaginario, en el mismo en el que los marcianos son verdes, tienen antenas y manos con tres dedos y con unas ventosas al final.

Hay agua en Marte y cuando ese señor, Jim Green, Director de Ciencia Planetaria, lo anunció en un video que la NASA colgó en Twitter estaba nervioso, como contento y tímido a la vez, como sabedor de que desvelaba un secreto grande, esperado, un conjuro prodigioso, la contraseña que nos permite entrar a la cueva de Alí Babá. Ese señor tan majo, tan científico y mágico a la vez, con su barba y su camisa color caqui, de pequeño miraba las estrellas y se preguntaba, a veces en la soledad de su cama con un poco de miedo, otras veces de la mano de una chica en una playa con fondo de mar, ¿que habrá allá tan lejos? ¿Dónde empieza el más allá?

La noticia es para mi, sin embargo, espectacular. Es como una boda de los Capuleto y los Montesco

Cuando han dado la noticia estaba trabajando en la agencia y ha habido todo un tumulto de ires y venires, opiniones contrapuestas, marcianos y no marcianos enfrentados, porque no sabíamos si dar una alerta o un flash. Un flash es el máximo nivel de importancia, urgencia, impacto, imprevisibilidad, fuerza de un notición, salen dos o tres al año, “eligen Papa”, “muere Fidel”, una alerta anuncia algo importante, pero no tanto. Algunos queríamos flash, banderas rojas y azules, abrir botellas de champán, pero se ha impuesto la ley de Washington y han decidido que alerta, así que Marte y Jim han pasado por el hilo al nivel de Obama en la Asamblea General de la ONU y de los nuevos Objetivos del Desarrollo Sostenible. La noticia es para mi, sin embargo, espectacular. Es como una boda de los Capuleto y los Montesco, la Ciencia y … la vida extraterrestre. Es historia total.

El descubridor

Dice la NASA que estas evidencias han sido deducidas gracias a los datos de un tal Mars Reconnaisance Orbiter, un satélite artificial, y no de Curiosity, en quien teníamos volcadas todas nuestras esperanzas. A mi me ha dado como pena. No por la confianza en sí mismo de Curiosity, a quien adoro y quien considero que es el viajero que más lejos ha llegado en todo, con ese equipamiento a bordo y su bracillo enclenque con el que se hace selfies que me parten el corazón de tanta soledad. Me da pena por quienes le olvidan, por quienes, en este jaleo de agua liquida y bacterias y gérmenes potenciales, tienen los corazones fríos para juzgarle. Le critican por haber podido “llevar microbios” al sagrado Marte que ahora tiene agua y que antes, como no tenía, pues podías estar tú, Curiosity, curioseando por ahí con tus ruedas torpes y tu bracillo enclenque.

es el viajero que más lejos ha llegado en todo, con ese equipamiento a bordo y su bracillo enclenque con el que se hace selfies que me parten el corazón de tanta soledad

Me parece feo pero bueno, quizás este no sea el foro adecuado para gritar a los vientos alabanzas a Curiosity, el primer super rover explorador y quien da el toque viajero a este artículo hoy.  Porque esto si que es un viaje, irse a Marte, recoger muestras, analizarlas, irse al planeta rojo donde es probable que haya habido vida, que la esté habiendo ahora mismo. Han dicho los expertos que el agua es salada, lo cual dificulta el desarrollo de seres vivos, pero también han dicho que es probable que los primeros humanos lleguen a Marte en 2030, que es dentro de 15 años. No falta nada para que nos llenemos de aires de otras partes, de atmosferas extrañas, de selfies con Curiosity y de que, al ver nuestro planeta desde otro, nos entren ganas de volver al hogar.

 

 

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