Le sistemazioni più affascinanti del sud-est Africa

Da: Javier Brandoli (testo e foto)
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Ha sido como desempolvar recuerdos tener que abrir cerca de 40.000 fotografías que he ido tomando en estos años de vida en África para terminar de perfilar el libro. En cada carpeta un país y en cada uno de los doce países subsaharianos que he viajado una colección de carpetas y recuerdos. Muchos ya vagos, aunque son sólo casi cuatro años, pareciera que estuve allí hace algunos siglos. El tiempo se mueve ya más rápido que mi cabeza.

La cosa es que revisando todo ese trabajo me puse a hablar con unos amigos de cuáles eran los hoteles mejores en los que había estado. Hice entonces una selección de cabeza de los lugares que me habían marcado. Hoy esa selección está aquí. Attraversi dozzine di hotel dove dormi e lasci un pezzo del tuo tempo. La maggior parte è in movimento, anche quelli molto buoni. Non è questione di quantità o qualità, è magia che ti riporta nei luoghi.

La maggior parte è in movimento, anche quelli molto buoni

Sin duda ese es un concepto subjetivo. Te apasiona porque viviste una noche divertida, pasional, melancólica. Ta apasiona por aquella comida en la que acababas de recibir una gran noticia o por aquella eterna conversación con aquellos hasta entonces desconocidos. Sì, cierto que todo eso influye, pero los alojamientos que expongo ahora tienen en mi opinión un carácter especial que traspasa todo aquello subjetivo para convertir su encanto en subjetivamente objetivo. Ahí va mi lista de hoteles con mayor encanto que estuve en África. Son probablemente, un 10 por ciento del total de los que he estado. Una lista que recomiendo con absoluta honestidad.

Villas do indiano, Vilanculos, Mozambico

En una playa desierta, frente al espectacular archipiélago de Bazaruto. Una hoguera por la noche en la misma arena, frente el mar, silenzioso. Me gustó tanto que fue hasta mi casa durante seis meses. Ahora voy menos, vivo en Maputo y me acerco poco por el único de los alojamientos al que pude llamar mi hogar. Tiene algo especial ese espacio. Quizá sea que no tiene nada tan obvio, tan evidente, como para entenderlo sin vivirlo. Es porque sí, como todas las cosas auténticas que no necesitan de más respuestas.

Albergue Schlucht Geister, Aus, Namibia

El albergue de montaña Schlucht Geister está enclavado bajo unas rocas, en medio de una nada desde la que se divisa un atardecer dorado del desierto. Una cocina grande, como las de antaño, y dos cuartos con literas y dos baños. La absoluta nada. Por la noche en fuego y millones de estrellas. Parece que estás fuera del mundo. Nulla, niente.

Agulhas Country Lodge , Cape Agulhas, Sudafrica,

Es una posada de piedra construida de mar. Sus muros son mar, sus cuartos son mar y sus ventanas una excusa para no mojarte. Por auténtico, por ser el último de todo el continente, el que está más al sur, por no haber nada por debajo, por ser el último hotel de África.

Zambezi Royal Lodge, Abbassare Zambeze, Zambia

Me invitaron a hacer un reportaje y creo que desde entonces nunca he terminado de irme. Volé con una avioneta, aterricé en medio de la selva, junto al río Zambeze, y pasé tres noches inolvidables. Es un sitio caro y es un sitio único. Su lujo se basa en la brutal normalidad con la que cuidan cada detalle sin hacerte sentir un extraño al que le limpiaron el polvo de África. Desde la habitación se divisan los cocodrilos, Hippos, Elefanti. Diría que es perfecto.

Kisiwa House, Zanzibar, Tanzania

Una vieja casa árabe, como tantas en Stone Town, rehabilitada y decorada al detalle. Nada es sobrecargado, todo parece colocado en su término justo. En su terraza los desayunos eran de ensueño y sus cenas memorables. Aquí llega el punto complicado: resulta que había dos cocineros y dos turnos: uno era flojo o normal o flojo por normal, pero el otro era un elegido. Me fui de allí tras repetir platos, pedir recetas, dar abrazos y disfrutar de la comida como me ha pasado en pocos sitios de esta tierra. Y aquella terraza, y aquel tartar de atún y los tejados de la ciudad y la ensalada de langosta y la mezquita…

Centro congressi di Soweto, Johannesburg, Sudafrica

Lo escogí por mi trabajo como periodista. En medio de Soweto, it Kliptown, me parecía que era el mejor lugar para contar la entonces posible muerte de Nelson Mandela. Lo que me encontré es un sitio lleno de simpatía, como siempre en Sudáfrica, regentado por gente del barrio que simboliza la mejor cara del país que más quiero de África (quizá porque es el que menos quiere el resto). Los cuartos son buenos y el hotel es un homenaje a la lucha por la libertad. Está en la plaza donde se firmó el Freedom Charter, en el corazón mismo de la famosa barriada. Fue allí desde donde entendí un poco el alma de Soweto, en parte de Sudáfrica. Me gustaba por las noches volver al hotel y ver las hogueras en las calles, la miseria del entorno y entender que hay futuro mientras abran proyectos como aquel.

Qandil Campo, Masai Mara, Kenya

Lo dije hace poco cuando escribí de este camp del famosísimo Masai Mara, tengo la sensación de que fue la primera vez que camine libre por la sabana. Es por el enclave, que es salvaje y bello y encima te pertenece como huésped en propiedad. Sólo los clientes pueden andar libres por un espacio donde hay hienas, Elefanti, Giraffe, leopardos…y nosotros. Es natural, autentico, confortevole, sin rarezas para subir el precio. La pareja que lo regenta es formidable.

The Haven, Jinja, Uganda

El hotel está muy bien, las habitaciones también, y el restaurante también. Ni un reproche a nada, pero este lugar lo recomiendo por el sitio en el que está. Por su atardecer y su amanecer sentado en tu cabaña. Si fuera un descampado, entonces lo recomendaría también y les diría que se fueran con su tienda de campaña. Está a unos 30 kilómetros del inicio del Nilo, en el Lago Victoria. En una curva del emblemático caudal, que envuelve unas pequeñas islas donde sobrevuelan cientos de pájaros, donde se escucha el agua y donde uno es serenamente feliz con sólo mirar.

Ongongo Campo, Warmquelle, Namibia

No puede ser más difícil llegar y salir. La carretera es terrible, especialmente en el desvío tras la aldea de Warmquelle. Sólo para 4×4. Es un camping, Suppongo che nessuno sia immune dall'avere la capacità di sognare o addirittura di sbagliare tolto per decreto, sólo unos baños, un pequeño y humilde bar y nada más que tierra seca donde colocar tu tienda. Ma, poi, si sigues el camino tras el bar aparece lo inesperado: una pequeña laguna de agua que proviene de un salto de agua que brota escondido entre las rocas. Y es toda para ti, y es salvaje, y te bañas por la noche desnudo, si quieres, porque no hay nadie más en ese lugar. Porque esa pequeña laguna y esa cascada son tuyas por una noche en la que sólo te ilumina la luna y las estrellas. Tampoco hay más luz en varios kilómetros alrededor.

Campo di Oliver, Tarangire, Tanzania

Es un campamento de auténtico lujo. Me pareció especial por el parque, tan solitario respecto a los gigantes del turismo que tiene alrededor. Recuerdo que amanecí y escuchaba cientos de pájaros. Entonces abrí la cremallera de la tienda a la que no le falta nada y contemplé las acacias envueltas en bruma. Casi parecía un cuadro. Me senté a escuchar la naturaleza, a observarla allí, davanti a me, con un café. Es un sitio caro, pero es un espectacular sitio caro.

Mutarazi Cottages, Nyanga, Zimbabwe

Tres cabañas completas, self service, que se alquilan en el Parque Nacional de Nyanga. Me gustó de aquel lugar que parecía más Los Alpes que África. Non lo so, no esperaba algo tan distinto, aquellas cabañas de piedra por fuera y madera por dentro eran allí singulares. Junto a unas montañas en las que saboreaba el frío y tras una caminata en busca de las Mutarazi Falls. Caminamos 30 minutos por medio de una vereda estrecha donde había que ir apartando la espesa vegetación para avanzar y nos encontramos una cascada de casi 800 metros de altura desplomándose hasta el suelo. Volvimos a nuestras cabañas, cenamos, encendimos la hoguera y nos dormimos pensando que no estábamos en África.

Acampar en el Delta Okavango, Botswana

No puedo decir dónde fue. No sé dónde estaba aquella isla ni podría reconocerla en un mapa que nunca situé. Sé que me subí a unos mokoros y que dos horas después, dopo aver remato attraverso il fiume, estaba en medio de una isla del Delta dell'Okavango montando las tiendas de campaña. So di aver fatto un pisolino sdraiato su una barca, accanto al flusso, que por la noche hicimos un fuego y que me dormí escuchando el rugir de algunos hipopótamos que parecía que entrarían en mi tienda. A la mañana siguiente me bañé, indietro, en las salvajes aguas.

Tawi Lodge, Amboseli, Kenya.

Cuando uno enciende unas velas, abre el agua de una grande bañera antigua, se mete y mira por la ventana y ve el Kilimanjaro… sabe que está en un sitio especial. El Tawi Lodge lo es. Por sus inmensas habitaciones, sus buenas comidas y vinos y su abrevadero por el que pasan manadas de cebras, gacelas o elefantes. Tú lo contemplas todo desde la piscina de agua natural, tomando una copa en la terraza o desayunando. Toda África se palpa en este lujoso lugar. Tutti, a la sombra del Kilimanjaro.

Bushman´s Baobab, Liwonde, Malawi

Uno puede escoger tienda lujo, tienda normal o plantar su propia tienda. Todas son buenas opciones en este alojamiento de un “loco” sudafricano situado junto a una canal del Lago Malombe, en el Liwonde National Park. Se cena con velas, se ducha con velas y se acaba el día en una hoguera escuchando a los hipopótamos. El sitio tiene algo de la locura de su creador, de su descontrol y de su profundo conocimiento de África.

Continuara…espero.

P. D. Siento no poder detalles de contacto de cada uno de los sitios. Pueden informarse qui para buscarlos. Algunos de ellos hace ya casi cuatro años que los visité pero permanecen aún nítidos en mi memoria. Habrá otros igual de fascinantes que no vi, Assicurazioni, pero estos son los alojamientos con más encanto en los que yo estuve.

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Commenti (3)

  • Rosa

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    Dios Javier!!! Se te ha olvidado la «pensão Cariacò»

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  • Javier Brandoli

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    Eso sí que es imperdonable y no como Amaia que me dice que incluya el Naara Eco Lodge. Y todo porque son unas tiendas espectaculares, al lado de una laguna, con una piscina con vistas y un bar de diseño en un complejo donde todo es ecológico. Nulla, Amaia ya me di cuenta durante nuestra ruta que no filtraba bien la información.

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  • Monica

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    Yo como Rosa nada como la Pensao Cariaco

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