Nairobi: arrestada 48 horas por no pagar un soborno

Por: María Ferreira (texto y fotos)
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“La vida es una pugna inacabable.”
Fanon

-Wewe kisu, mimi nyama (tú eres el cuchillo y yo la carne)- dije frustrada mientras me dejaba detener.

No era la primera vez que me encontraba en semejante situación, pero ahora pintaba seria la cosa: un policía me había parado en plena Chaka Road, a la altura del famoso centro comercial “Yaya Center”. Me dirigía al Coptic Hospital, donde estaba ingresado uno de los niños del orfanato mientras disfrutaba de buena música, del bullicio típico de la zona y del aire frío de la estación seca, el “kipupwe”. En definitiva: disfrutaba de esa calma que en Kenia siempre acaba precipitándose y estrellándose contra algún incómodo contratiempo.

Y, una vez más, el contratiempo vestía un uniforme de policía desgastado, feo y holgado. Me informó de que había ofendido la ley, pero no supo darle nombre a la infracción, así que cambió su discurso y se amparó en el “te estoy protegiendo, págame por mi servicio”. En el último año he gastado más de 700 euros en este tipo de cosas, que por supuesto denuncio a “anticorrupción” y que, por supuesto, jamás se solucionan. Esta vez, el canalla de turno me pedía 15.000 ksh (150 euros).

Una vez más, el contratiempo vestía un uniforme de policía desgastado, feo y holgado. Esta vez, el canalla me pedía 15.000 ksh (150 euros)

Estaba cansada, tenía prisa, y por primera vez actué con rabia. La rabia es síntoma, siempre, de que han herido nuestro sentido de justicia, dice Hannah Arendt, pero es de extrema estupidez por mi parte seguir manteniendo algún tipo de “sentido de justicia” en un país como Kenia, en el que el Estado policial se rige por leyes basadas en la violencia y el terror. Me negué a pagar y le acusé de corrupción. Ése fue mi delito.

-Hakuna hata dalili! (¡No hay ninguna prueba!)- protesté.

-Ama sivyo? (¿No lo vas a admitir?)- contestó enfadado.

-Nakwenda (me voy)- encendí el coche.

-Sikuachi! (¡No voy a dejarte ir!)- gritó. Genial. Paré el coche.

-Nifanyeni? (¿Qué tengo que hacer?)- pregunté resignada.

Se subió al coche, decidió que era demasiado temprano para escuchar a Nirvana, y me guió hasta la comisaría.

La comisaría de Kilimani es un lugar sucio y lleno de polvo. Los policías, gordos y desagradables en su mayoría, me examinaban con cara de burla

La comisaría de Kilimani es un lugar sucio y lleno de polvo. Los policías, gordos y desagradables en su mayoría, me examinaban con cara de burla. Me dejé caer sobre un sofá roído. Dos de los agentes se referían a mí en términos muy poco elegantes, pero dejaron de hacerlo en cuanto el que me había detenido les informó de que yo entendía swahili. Me miraron. Puse cara de aburrimiento. He de enfatizar la importancia de la cara de aburrimiento cuando una se enfrenta a situaciones como éstas; no hay que darles el placer de que te vean asustada o débil. El aburrimiento es frustrante. No hay nada más aburrido que percibir el aburrimiento de una persona a la que quieres dominar.

Cuando decidí que viviría en Kenia, sabía a lo que me atenía, sabía que viviría fuera de la zona de confort, asumí vivir en un constante estado de inminencia. Pero cuando te acostumbras te olvidas, y sólo lo recuerdas cada vez que te obligan a mantener cualquier idea de justicia en reserva.

Justo cuando me llamó el juez, el policía que me había detenido se acercó a mí. Me volvió a proponer un arreglo en negro

De la comisaría me llevaron a la Corte: un lugar grandioso por fuera y frío por dentro. Me condujeron por los pasillos y me dejaron esperando bastantes horas hasta que el juez me llamó. Justo en ese momento, el policía que me había detenido se acercó a mí. Me volvió a proponer un arreglo en negro. Fui estúpida y pensé que en el juicio me escucharían y podría denunciar a semejante impresentable. No fue así. Me condenaron a dos meses de prisión o a pagar 200 euros. Me llevaron a un cuarto lleno de detenidos, la mayoría conductores de matatu (el peligroso y fascinante medio de transporte público de Kenia) con tatuajes talegueros. Ahí hice amigos interesantes. La mayoría con un pasado criminal la mar de surtidito.

Me condenaron a dos meses de prisión o a pagar 200 euros y me llevaron a un cuarto lleno de detenidos, la mayoría conductores de matatu

–Mira niña- me explicaba uno de ellos llamado Njoroge- la próxima vez huye. Huye y me llamas. Kama umedhikika na neno uniambie. Si tienes alguna dificultad llámame.

Otro de ellos, llamado Mwangi, me explicaba que en Kenia la policía significa problemas. Yo me reí.

-Como vuestros matatus- le dije- “matatu matata”- que significa en swahili “matatu problema”.

Chocamos los cinco ante la mirada desagradable de uno de los polis.

-Nena- prosiguió- si por ejemplo un día un ladrón entra en tu casa, no llames a la Policía, reviéntale la cabeza con algo.

Iba a explicarme cómo exactamente debía protegerme; tenía pinta de ser una especie de clase práctica tipo “hazlo tú misma”, cuando el policía se acercó a nosotros, nos separó y me condenó al ostracismo en una de las esquinas. Resoplé.

-Quiero ir al baño- le dije.

-Espera a que paguen tu fianza- contestó.

-Llevo cinco horas esperando. Me voy a morir.

Me miró con un cansancio patológico que arruinaba su hipocresía y de mal humor me escoltó hasta el baño. Cuando volví me encontré con que un cirujano del “Coptic Hospital” había pagado mi fianza. 48 horas después de haber sido arrestada. Me despedí de mis amigos. –Tutaonana (nos veremos)- me dijeron. Y yo sonreí.

Un cirujano del “Coptic Hospital” había pagado mi fianza. 48 horas después de haber sido arrestada. Me despedí de mis amigos de arresto

Así es Kenia cuando la vives más allá de la vida del turista. En Kenia no se vive, se desvive, pero en ese desvivir se aprende muchísimo. Y es que no queda otra cuando todos y cada uno de los derechos a los que estaba acostumbrada se quedaron allá en España. Kenya smells like teen spirit.

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Comentarios (23)

  • MDV

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    Excelente aunque arriesgado artículo, como ya nos tienes acostumbrados. Leyéndote nadie diría que son experiencias vividas por una joven de apenas veinticuatro años. Tremendas vivencias muy bien narradas.

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  • Javier Brandoli

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    Hola María, una historia genial y que se repite por desgracia en toda África. Ayer por la noche hablábamos de lo desesperante que es la policía aquí, lo peor sin duda de este continente. En Malaui íbamos soltando zumos, bolis y cigarros para evitar multas. En Mozambique el ejército que debe escoltarte para una tanqueta para pedirte dinero. En el norte, hace seis noches, bajaba conduciendo con lo que creía una malaria, vomitando y con fiebre, y de noche un militar paró mi coche para preguntarme que le traía a él de Cabo Delgado??? La lista en ya más de tres años es infinita, desesperante y agotadora. Curiosamente, pese a la fama, es en Sudáfrica donde menos problemas he tenido con la Policía. En Maputo hay noches que volver a casa es sortear una cacería de bobos con un AK 47 buscando presas a las que robar. No son sobornos, son robos con autoridad.
    Besos y suerte

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  • Daniel Landa

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    Valiente y brillante. Una combinación difícil de encontrar. Enhorabuena, María. También las fotos cuentan una realidad que es preciso gritar como lo has hecho. Gracias.

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  • xavi

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    Muy buen artículo María. Imagino que habrás tenido tantos problemas porque te mueves en tu propio vehículo. Hace un año que vivo en Nairobi y no he tenido ningún contratiempo con la policía (y espero que siga así), supongo que porque siempre viajo en matatu y en autobús.

    Ánimo y no te dejes amedrentar (que seguro que no lo harás).

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  • Raul

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    En Gabon mas de lo mismo. Ayer fui a buscar a mi mujer al aeropuerto, volvimos a casa en taxi. Justo cuando arrancaba se mete un policía (un superior por la edad y el uniforme) en el coche y le dice al taxista que circule, después de la confusión (en un principio pensaba que era un control rutinario, los taxistas suelen ser inmigrantes ilegales, luego pensé que el policía quería viajar por la cara), finalmente nos damos cuenta…era un atraco en toda regla, el policía había mirado dentro de la guantera y se había llevado todo el dinero y la radio del taxista. Justo en ese momento se baja del coche y le dice al taxista «y ahora les llevas a donde te han pedido», y se larga.
    No es la primera vez, a nosotros ya nos pararon por «saltarnos un semáforo» (blanco al volante= dinero), te dan dos opciones, pagar una módica cantidad en metálico (unos 20 euros) o mandar todo a comisaría, ir al día siguiente a pagar una multa y tal vez por el camino se pierda tu documentación (carnet de conducir, papeles del coche…), así que tu verás. Frustrante. Pero es lo que aceptas cuando vienes aquí.

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  • luis marrero

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    Cuando los Europeos,es decir los blancos, estaban a cargo de todo en Africa hace mas de 40 anos atras, (Colonialismo) todo funcionaba bien y la poblacion local tenia ropa, alimentos y trabajo. Entonces, de pronto se aparece la ONU y Martin Luther King diciendo que los Africanos tienen derecho a la independencia de los Europeos, y todo el mundo de pronto estuvo de acuerdo en esto. Hoy Africa es un desastre economico y social total de una magnitud inimaginable en este siglo XXI. Pero ahora no estan los blancos para culparlos de todo lo que sucede en Africa. Conque lo que los africanos tienen que hacer es llamar a los blancos a que asuman de nuevo la administracion de todo y vivir ordenadamente o vivir de la limosna del resto del mundo como estan haciendo hoy

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  • Thblond

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    Gran historia y enorme valentia. Hace poco yo sufri un soborno en Poloni y la verdad es muy desagradable, no me puedo imaginar como puede aer en algunas zonas de Africa. Un saludo

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  • emilio

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    no solo en África, en República dominicana es igual, solo que les da mas vergüenza y solo te sacan 3 o 4 €

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  • luis marrero

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    ?Y que decir de la revolucion de Martin Luther King en Norteamerica? Pues no mucho como en Africa. Los negros siguen sin trabajar poque no quieren hacerlo, y analfabetos porque abandonan las escuelas tempranamente, y culpando a los blancos de todo lo malo que les pueda suceder. Las desigualdades sociales siguen igual que hace 60 anos atras pero la diferencia ahora es que no hay un dirigente negro como MLK para culpar a los blancos de todo lo malo en la sociedad y los ghetos negros en las principales ciudades del pais.
    Eso si. hay unos cuantos autotitulados dirigentes negros que siguen explotando estas desigualdades sociales para recibir donaciones y vivr a todo lujo a cuenta de esto en el nombre de una revolucion negra que ha sido un completo fracaso.

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  • R

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    Genial texto. Cara de aburrimiento…intentaré recordarlo.
    Nakupenda!!

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  • Canadienses

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    Muy fuerte, María! Qué valor, continua así! Nos acordamos mucho de ti, un beso! Tus primos y familia de Canadá

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  • Arturo

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    A ti Luis, lo que te pone cachondo es recordar los tiempos de Leopoldo II en el Congo. Y que decir de Sudafrica en la epoca esa de extrema placidez del apartheid. (No tengo tildes).

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  • Hombre blanco hablar con lengua de serpiente.

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    Hace años, para situaciones similares a mi me habían indicado decir que no entendía y que tenía que llamar a la embajada española… Eso surtió efecto en Monrovia y me dejaron seguir, por cierto mismo lugar en el que, camino del banco justo en la zona más céntrica donde había muchos mendigos alrededor, cuando se me abrió un maletín lleno de dólares que se esparcieron unos cuantos metros, esos pobres liberianos me ayudaron a recogerlos y no me faltó ni uno. A Luis Marrero, sólo se me ocurre pensar en lo bueno que es nadar fuera del agua y creerse superior sólo por el color de la piel. Creo que mucho le queda por conocer de África y los africanos, pero sobre todo de humanidad. Le deseo de todo corazón que si existe la reencarnación, se reencarne en su próxima vida en uno de ellos. Mientras, vaya enterándose por ejemplo en Wikipedia sobre la corrupción en España y compare.

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  • somebody

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    its a sad story…but…your touch in narrating it made it tasty!…as always! keep it up 😉

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  • Mario

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    Ante todo enhorabuena Maria por el post. Es muy bueno y explica una realidad que no conoce el simple turista (ya que este paga el soborno sin darse cuenta). En realidad lo que me ha motivado a escribir es el ilustrado comentario del Sr. Luis Marrero al cual no voy a dignificar entrando en si lo que dice es verdad o es una sucia patraña, Solo le voy a decir : SE TE VE EL CAPIROTE YNO ES DE NAZARENO, amigo.

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  • Mayte Toca

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    Creo que fuiste peligrosamente valiente Maria.Si tu amigo no llega a pagar creeme que hubieses acabado pasando una horrible experiencia. Africa es así y se acepta o se larga uno. Yo en Madagascar me dejé una considerable cantidad de Ariarys ( moneda local) en pagar a la policía que me paraba cada dos por tres. En una ocasión por ir hablando por teléfono. De acuerdo, había cometido una infracción por ir conduciendo mi viejo coche y hablando al mismo tiempo, en un país donde no hay ni un solo semáforo!! Era de noche y no había absolutamente nada de luz en aquella pista de barro. 3 tipos vestidos de militares se me metieron en el coche para llevarme a la comisaría. No fui tan valiente y acabé vaciando mi cartera!! A partir de entonces siempre llevaba cambio por si acaso!!

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  • Lydia

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    Eres muy valiente, María. Y es admirable que no tires la toalla, después de las experiencias que nos has ido contando.

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  • F. Sanchez

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    … como si habitaramos el espiritu, asi nos deberiamos deslizar por la vida.

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  • Paco

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    Hola a todos, es la primera vez que escribo en esta revista, y lo hago para contar una desagradable experiencia que me ha ocurrido este verano en Lamu (Kenia). Hicimos un recorrido que empezaba en Uganda, continuaba en Sudan del Sur (también tuvimos problemas con la policía) y finalizaba en Lamu para descansar en la playa unos días. Éramos 11 amigos y alquilamos una casa típica de allí, en donde unas habitaciones están al aire libre, bajo techo y una mosquitera cubre toda la cama, y otras tienen su puerta. Yo estaba en una abierta con su muro, su puerta con cerrojo y a una altura de un tercer piso, más o menos. La dueña de la casa nos repitió que era un sitio seguro, que no había problemas, etc. Pues bien, una noche unos ladrones saltaron el muro, subieron hasta el tercer piso, saltaron el muro de mi habitación, en donde yo estaba durmiendo, y se llevaron mi equipo fotográfico al completo, unos prismáticos, me limpiaron la cartera, aproximadamente 500 euros, 100 dólares y 2500 en moneda de allí. En total unos 3.500 euros. Llamamos a la policía a las 9 de la mañana y se presentaron pasadas las 11 (la comisaria esta a 15 minutos, andando). La policía venia de paisano sacaron un cuadernillo y se pusieron a escribir lo que había pasado, el valor de lo robado, etc. y a la hora se fueron para «investigar», diciéndonos que nos pasáramos el día siguiente para firmar la denuncia. Quiero decir que lo del robo se corrió por toda la zona y vino el jefe de la comunidad para pedir perdón por lo que había pasado, y que él, estaba seguro de quien había sido.
    Al día siguiente, fuimos a la comisaria de turistas, estaba cerrada y el chico que nos acompañaba nos dijo que nos esperáramos que el los iba a encontrar y los traía. Así fue, a la media hora apareció de nuevo el chico y nos dijo que ya se lo había dicho y que venían enseguida. Dos horas después todavía no habían llegado. Por fin aparecen, y por supuesto el informe y la denuncia no estaban hechos. Se ponen a hacerlo y primer problema, no tienen papel para escribir, por lo que mandan al chico que les había buscado para que fuera al mercado a comprar unas hojas de papel. Al rato viene con un recambio de anillas de hojas con líneas y se lo da. Luego deciden que las dos personas que estábamos implicadas íbamos a declarar por separado (para ver si coincidían las declaraciones o nos lo estábamos inventando). Durante la declaración se equivocaban al escribir y por supuesto «tachón». Una vez finalizadas las declaraciones les pedimos una copia de la denuncia y nos dicen que si es para cobrar el seguro, les decimos que no tenemos seguro de ese tipo, solo de accidente y demás. Nos dicen que para que lo queremos entonces y que si lo queremos tenemos que volver más tarde porque tienen que pasar a limpio la denuncia. En ese momento vi clarísimo que no recuperaría nada de lo que me habían robado, era difícil, pero siempre te queda una pequeña esperanza que se esfumo al ver como actuaban. Por la tarde nos volvimos a pasar por si acaso, y por supuesto la comisaria estaba cerrada. Tanto el jefe de la comunidad, como unos europeos que tenían allí sus negocios, como la gente de las tiendas y las barcas con las que hablábamos nos dijeron que la policía nada de nada. Que me fuera yo a donde «trarpicheaban con las cosas robadas, y eso hice, me fui al mercado en la zona que me dijeron, pero claro cantaba mucho un blanco por esa zona y se me veía al kilómetro, con lo que después de un rato desistí. Con esto quiero daros a conocer la inutilidad de la policía, que no solo no hace nada sino que además sospecho de nosotros como si nos lo estuviéramos inventando, alucinante. La policía en África no sirve para nada, bueno si para sacarte el dinero si puede o para abusar de su autoridad. Soy un apasionado de la fotografía de naturaleza y animales, llevo 14 años viajando a África y me he quedado sin mi equipo que tanto me costo conseguir poco a poco, y los que me tenían que ayudar no han hecho nada. Ahora a empezar de nuevo. En Sudan también tuvimos problemas con la policía pero eso ya os lo contaré si estáis interesados, pero vamos va de lo mismo retención a cambio de dinero y amparándose en la seguridad. Les das un traje de camuflaje, un arma y unos galones, y a campear.

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  • Javier Brandoli

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    Vaya Paco, siento lo que te ha tocado vivir. Llevo más de tres años viviendo por estas tierras y entiendo tu desesperación. Lo vivo cada día. hya momentos que harta. Tiene que gustarte mucho África para soportarla en ocasiones. En todo caso, ánimo y un abrazo desde Maputo.

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  • Arte Pun

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    Tienen otras leyes, otros intereses, piensan distinto. Su razonamiento no es el tuyo, no te entienden ni de lejos. Ellos tenían todo al alcance de la mano, comida, familia, creencias, pero llegó el blanco y les construyó pisos, hospitales, puertos, bancos, centros comerciales… Y ahora necesitan el dinero para todo, trabajar, créditos, hipotecas, medicinas, impuestos. Y todo esto como quien dice de la noche a la mañana. Y la TV -ese escaparate de la realidad- mezclando al mismo tiempo riqueza y pobreza, a golpe de click.
    Por si te sirve de consuelo, yo aquí en Sevilla vengo de pagar 250 euros de IBI por este semestre, y llenar el depósito del coche anda por los noventa euros. Sí, no media policía pedigüeño, pero es para lo mismo.
    No pretendo justificar al policía que también he sufrido en Guinea, Egipto, Marruecos y Angola, simplemente mirar desde otro punto.

    Abrazos

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  • María Ferreira

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    Muchísimas gracias a todos por vuestras aportaciones, es un lujo escribir así!

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