Thuli Syaphru: wegen, uiterlijk en woorden

Door: Raul Garcia (tekst en foto's)
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Sinds ik de Tibetaanse brug ben overgestoken, heb ik de Chopche-rivier overwonnen, supe que Thuli Syaphru iba a ser especial. De huizen op de heuvel gaven me te kennen dat het leven hier ook niet gemakkelijk zou zijn. Thulo Syaphru es una aldea cerca del Langtang National Park, een Nepal. A siete horas en autobús desde Kathmandu más otras cinco de caminata por un terreno abrupto, que se vuelve polvoriento en época seca, y fangoso en los monzones.

A medida que voy subiendo por la senda voy viendo a bebés semidesnudos y a alguno de sus hermanos mayores, de no más de seis años, que los padres dejan al cargo ya que la mayoría de las veces, la madre se encarga de sembrar y recoger las hortalizas, de recoger leña para acumularla para el duro invierno, caminando varias horas de ida más otras tantas de vuelta, por un terreno con gran desnivel. Una vez finalizadas esas tareas, empieza la mayor de todas, ser madre, limpiar las pocas ropas, fregar los cacharros de la comida y alimentar a sus retoños. Si no fuera por la ayuda de los hijos mayores, no sería capaz de llevarlas todas a cabo.

Hay que caminar cinco horas por un terreno abrupto, que se vuelve polvoriento en época seca, y fangoso en los monzones

Los padres tampoco tienen tiempo. Muchas veces no están en casa, están formando parte como porteadores o guías, op zijn best, de alguna expedición a peligrosas montañas que se encuentran por toda la cordillera del Himalayas.

Recuerdo una niña, was niet meer dan vijf jaar, jugando con su pequeño hermano, casi un bebé que acababa de aprender a andar, con pasos torpes típicos de su corta edad. Ella vestía un pantalón de color claro, teñido de marrón por la tierra, unas chanclas un par de tallas más grandes y una sudadera del mismo color que el pantalón. El pelo color tierra, polvoriento y muy tieso. Hij, una camiseta manga corta amarilla y negra. El amarillo casi parecía negro de lo sucio que estaba. En la parte de abajo, iba desnudo y descalzo. No era el único que vi, supongo que es porque a la madre no le es posible cambiarle de ropa cada vez que el pequeño se hace sus necesidades encima.

Al llegar a la aldea solo veo ancianos. ik denk: ¿dónde estarán los adultos?

En cuanto la niña me vio, se acercaron los dos corriendo y tras un “namaste”, vino un “one chocolate”. Por supuesto mentí diciéndole que no tenía. Es obvio
por qué mentí. Esos niños no se lavan los dientes todo lo que debieran o pudieran y mi chocolate, caramelo o el de otros, lo único que consigue es que en un breve espacio de tiempo, esa impoluta dentadura se deteriore, dejándoles una tara de por vida. ¿Creéis que irán al dentista por la primera caries? Ik ook niet, más que nada porque el dentista más cercano está en Katmandú y no pueden costearse los caros tratamientos.

Al llegar a la aldea solo veo ancianos. ik denk: ¿dónde estarán los adultos? Me fijo en los campos donde cosechan y veo siluetas femeninas cargando con grandes bultos a la espalda, justo detrás de mí vienen cinco hombres adultos con cargas de más de 80 kg. Cargas que transportan en unos canastos enormes realizados con bambú y sujetos por una cuerda a la frente.

La mujer suelta el mazo, coge una piedra, la coloca delante y le va asestando golpes hasta que la hace polvo

Los ancianos no están parados viendo el atardecer. Una mujer de edad avanzada con un solo brazo está sentada en el suelo al lado de un montón de piedras. En la mano útil, un mazo. Suelta el mazo, coge una piedra, la coloca delante de ella y le va asestando golpes hasta que la hace polvo, letterlijk. Golpe tras golpe, la piedra se va haciendo añicos. Un hombre que a duras penas se mantiene de pie, encorvado, está afilando una pequeña hoz. Kijk me aan, con unos ojos claros que no había visto antes en este país, semicerrados, y me sonríe… «Namaste», le respondo yo. Ander, de menos edad, pero igual de mayor, está sentado en el suelo con las enormes cañas de bambú, golpeándolas con la ayuda de un martillo. Una vez las ha golpeado, las separa por finas tiras. Con ellas hará firme la unión de palos de madera que más tarde se convertirán en vallas delimitadoras.

Las casas son de madera, una madera muy vieja, sufrida por la climatología. Nos encontramos a 2.250 metros y si no es la nieve que cae en invierno, es la lluvia de los monzones la que se encarga de castigarla. También hay una construcción nueva de hormigón, justamente aquí es donde me hospedo.
Dejo mi mochila en la habitación y después de disfrutar de un arroz frito con tortilla y queso, salgo al pequeño y único camino para recorrerlo. En un banco de madera veo a un grupo de cinco jóvenes que al verme me saludan con un “hello”. Intercambiamos cuatro frases en inglés, muy básicas, y prosigo mi camino.

Un hombre me saluda y me pregunta de dónde soy, de dónde vengo y a dónde voy

Continúo hacia arriba, aquí no hay nada plano, por la pista de tierra y piedras. Una niña de unos 10 años está tejiendo usando un telar de madera. Me indica que mire su tienda y que compre algo. Su tienda no es más que un habitáculo de madera donde coloca sus tejidos a medida que los va acabando.

Sin darme cuenta, he llegado al final del pueblo tras diez minutos paseando. Empiezo a bajar. Un hombre me saluda y tras preguntarme de dónde soy, de dónde vengo y a dónde voy, me indica que ahora hay pocos turistas, va a empezar el frío de verdad y ya no vendrán hasta la temporada que viene. Es el propietario de una bonita «guesthouse». Debe de tener unos 45 jaar, es difícil ponerle una edad, cuando son jóvenes parecen niños y cuando son adultos, parecen más mayores.

Las cosas para Ganesh han cambiado, a mejor. Tiene hasta un perro como mascota

Hace tan solo dos años que pudo construirse el negocio. Antes trabajaba como porteador llevando el material a gente que se adentraba, zoals ik, en el valle de Langtang. Conoce el trekking de Langtang y el de Gosainkunda. Estuvo 20 años transportando las pesadas cargas sobre sus hombros hasta que juntó algo de dinero y pudo encontrar una manera alternativa de subsistir.

Las cosas para él han cambiado, a mejor. Tiene hasta un perro como mascota. Es padre de cuatro hijos, son pequeños todavía. Él quiere que estudien, está viendo como la vida de Nepal está cambiando y sabe que los niños que no consigan acabar sus estudios no tendrán otro futuro que portar cargas para expediciones. Ganesh, así es como se llama, no tuvo otra oportunidad, su padre no pudo mandarlo a la escuela.

Cada día después del duro trabajo de porteador, leía el diccionario inglés-nepalí. Daba igual lo cansado que estuviera

 

Aprendió inglés durante los 20 años que fue porteador. Un día juntó dinero y compró un diccionario inglés-nepalí. Recuerda que cada día después del duro trabajo, lo leía, daba igual lo cansado que estuviera o lo alto que hubiera subido ese día, él sabía que tenía que aprender inglés para poder dejar ese trabajo con fecha de caducidad.

Se ha hecho tarde, llevamos más de una hora hablando y ni siquiera nos hemos presentado. Het duurde niet, los dos buscábamos conversación, él con un extranjero que hablara inglés y yo por saciar mi necesidad de conocer un poco más de las personas de Thulo Syaphru.

Namaste.

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