La muerte es cabrona y dura, pero la realidad es que la vida es mucho más poderosa y siempre gana. Pese a que falten 43, pese a que falten miles, siempre se recompone y gana.
Cuando llegamos nosotros se había agotado esa alegría. En Christiania sólo queda la nostalgia de aquella ilusión. La pequeña sociedad que sigue asentada en este lugar se rebela contra el resto del mundo, a mala leche, sin admitir que ya no saben cómo recomponer su mundo de sueños rotos.
Me desperté con un indio que parecía un actor de Bollywood, con su bigotillo, cogiéndome delicadamente una mano y dándome algunas bofetadas con la otra. Uno ha soñado muchos despertares en la India, pero nunca imaginé uno tan surrealista.