Un recorrido distinto en el que el guía no enseña los lugares, los explica. La importancia del fondo para poder admirar la forma. Un arqueólogo sirviendo de intérprete de todo lo que se ve y tropieza en esta fantástica ruta.
La visita a Yad Vashem, en la tres veces santa Jerusalén, es un estremecedor descenso a las mazmorras de la humanidad, un recorrido por la atroz anatomía del Holocausto, un aldabonazo en la conciencia que te deja aturdido moralmente.
Sobre una de las cúpulas de la iglesia del Santo Sepulcro, en el tejado del templo cristiano más venerado del mundo, una pequeña comunidad de monjes etíopes se resiste a ser marginada por sus hermanos de fe. En 1808, un incendio destruyó los documentos que sustentaban sus derechos custodios y los guardianes negros de los Santos Lugares fueron confinados al techo de la basilica. Y ahí siguen.