Por ejemplo, los masais
Por:
Javier Brandoli
Los masai no entierran a sus muertos porque creen que hace daño a la sagrada tierra. Mueren, los meten en bolsas de cuero y abandonan el cadáver fuera del poblado, lejos. A los tres meses vuelven a ver qué ha pasado. Si se lo ha comido una hiena es que es una mala persona. Si se lo comió un buitre es que está en el paraíso.