¿A ti con machete o con pistola? Típica frase (tómese como una metáfora) entre extranjeros en Sudáfrica con la que comenzar una conversación. Algo así como estudias o trabajas versión sureña y algo tostada.
El Djem es un lujo, a veces olvidado, que espera al viajero amante de la historia en mitad de la más seca nada. No está en una bella ciudad, ni rodeado de un paisaje fascinante.Sin embargo, se trata de un sitio tocado por la magia del hombre.
Me gusta quedarme mirando las pantallas de salidas e imaginar dónde huyo. Esta vez no quería cambiar de destino. Quería venir a África y estoy en África.
He pedido precio por un kimono. En qué hora se me habrá ocurrido. Mo me habían perseguido tanto ni cuando me pillaron a los 14 robando un juego del spectrum en el Corte Inglés.
Si algo he aprendido de algunos viajes que he hecho antes es que en la aldea más perdida del rincón más perdido una camiseta de fútbol te puede sacar de un apuro
El barrio de mochileros de Bangkok –Khao San Road- hierve de americanos y australianos borrachos, alemanes con calcetines bajo las chanclas, franceses con aire de intelectualidad y rastas de cualquier lugar con cara de despiste.