Pasan los días previos a la final rastreando lugares con Wi-fi desde los que poder comprobar de nuevo que no era broma los 500 euros que les costará su entrada en el sacrosanto Soccer City de Joburg.
¿Cómo describir los últimos días? ¿Cómo poder transmitir lo que es cruzar la frontera de Suazilandia y que el policía te explique la táctica que hay que hacer para vencer a los alemanes? ¿Cómo relatar lo que es que te pare la policía suazilandesa, te ponga una multa por exceso de velocidad y acabes haciéndote fotos con ellos?
Al entrar, un amigo que vive aquí muy divertido, Borja, nos dice que media selección está allí pasándoselo en grande. Vamos al baño y Borja le empieza a saludar a gritos a uno de los nuestros: “Busquets, que grande eres, eres el mejor”
La World Cup ha cambiado por completo la atmósfera de una ciudad de piel europea y rodeada de alma africana. La gente pasea por las calles y vive la ciudad con una libertad nueva. “Aquí hay más policías que turistas”
Se trataba de un tupper sex que la Elena Ochoa de la zona hacía aprovechando que ahora tendrá clientela, algo aburrida, de ver a sus maridos en modo off delante de la televisión