El Templo Colgado se sostiene con columnillas de madera sobre una pared a 75 metros del suelo, en la que a ningún arquitecto en plenas facultades mentales se le hubiera ocurrido construir nada habitable. O tal vez fuera la idea de un genio.
"Un hombre gritaba a su mujer, los operarios de aduanas se mostraban antipáticos y pronto empecé a escuchar el concierto de carraspeos y escupitajos, práctica habitual e incomprensible de los chinos de todo género y condición."