Si algo he aprendido de algunos viajes que he hecho antes es que en la aldea más perdida del rincón más perdido una camiseta de fútbol te puede sacar de un apuro
El barrio de mochileros de Bangkok –Khao San Road- hierve de americanos y australianos borrachos, alemanes con calcetines bajo las chanclas, franceses con aire de intelectualidad y rastas de cualquier lugar con cara de despiste.
Un viaje es siempre una idea, un deseo, un impulso por descubrir un mundo ya, más o menos, imaginado. El 15 de marzo aterrizo en Ciudad del Cabo, donde viviré hasta el 30 de julio, Casillas mediante.