"hay un mercado en el que se venden los restos de los restos y a su alrededor una masa de gente que deambula vendiendo, mirando, andando, comprando, bebiendo o comiendo, que la calle es la gran casa de los africanos. Junto a la estación de autobuses, siempre lugar de encuentro de las ciudades, hay un mercado de casetas de madera bajo techo. Casi no entra la luz ni corre el aire. El olor es intenso a pescado seco"