pobreza

21 artículos

El coñazo de Miami

Decir abiertamente que no te gusta EEUU puede ser cool. Te coloca en este egocéntrico mundo viajero de las redes sociales, donde se presume de barro, en el pelotón de los viajeros interesantes. A pocos se le ocurriría criticar un viaje a un poblado africano, un aldea del Nepal o una de esas villas centroamericanas en las que las rotondas son la mejor atracción turística. Da igual, aunque apenas hayas salido del hotelucho en el que dormías y candaras la puerta cuando se ponía el sol (mucho mejor si dormías en una tienda de campaña) todo fue fascinante.

Los suicidios de los rarámuri

La ola de suicidios de este pueblo nativo, olvidado como tantos en este México con prisas por llegar al presente, tuvo una primera voz de alarma a principios de 2012. Entonces, el Frente Organizado de Campesinos Indígenas denunció que "las mujeres indígenas cuando llevan cuatro o cinco días sin poder darle de comer a sus hijos se ponen tristes; y es tanta su tristeza que hasta el 10 de diciembre de 2011 cincuenta hombres y mujeres, pensando que no tienen que darle a sus niños, se arrojaron al barranco”.

Mozambique: los muertos olvidados

De Mozambique se habla poco. Quizá hablamos también de forma equivocada cuando lo hacemos. No es fácil poner en los medios internacionales la realidad de un país vecino de dos gigantes de la información como Sudáfrica y Zimbabue. Entonces se cae en los reportajes sociales o en titulares que justifiquen su arrinconado espacio mediático. Intentaré pues saldar aquí mi deuda como periodista para hacer una crónica de un país que vive un conflicto olvidado, sin testigos.

Una foto

Cada día tengo delante una foto que poner en esta revista y que supongo sorprendería a muchos de los que me leen desde tan lejos. Cada día ando por un mundo de mercados que huelen a pez seco y en el que una extraña vida se desparrama ante mi vista.

Lima: busco a este niño

Lo sorprendente es que Juan, el niño de cara algo envejecida y mirada triste, está también trabajando. De hecho, sin Juan sería casi imposible fabricar los mil ladrillos al día que le darán a la familia los seis euros con los que comer. Ocho años después busco a ese niño

Ciudad del Cabo: la vida a bajo coste

Muchos de los que vienen a esta preciosa ciudad sólo intuyen la diferencia, pero nunca la contemplarán y creerán al irse que visitaron un rincón del primer mundo salpicado de pedigüeños que salen de invisibles alcantarillas, convertidos en un baile de zombis del hambre y el alcohol. Vienen de arrabales de miseria en el que el bajo coste es el de la vida, siempre en riesgo... Por Javier Brandoli.

Mozambique: sensación de libertad

La ciudad se deshace como cartón empapado por la lluvia. Su robusta piel de edificios altos en el centro, de hormigón en desgana y aceras con hoyos constantes, no evita que la ciudad tenga la misma filosofía que todas las grandes urbes africanas que he visitado: en las afueras se agolpa la miseria, los tenderetes de ventas inservibles, fruta acumulada sobre maderos o zapatos desparramados por las calles. La ciudad, sin embargo, quizá por el bello sonido del portugués, parece más cercana; casi, por momentos, más caribeña que africana.

África: el champú de los “peces de ciudad”

La respuesta, como todo en la economía, se basa en la relación del tengo, querría y podría, ley universal que divide lo imprescindible del resto. Buena parte de la población angoleña no usa papel higiénico, artículo caro e importado, lo que hace que el papel higiénico sea un producto de "lujo" cuyo precio para su economía sería el equivalente a limpiarnos el trasero (con perdón) con la enciclopedia Espasa-Calpe.
Tu cesta0
Aún no agregaste productos.
Seguir navegando
0
Ir al contenido