"Gorriaren" tribua

By: Javier Brandoli

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Apirila 2013. Una pelota perdida viene botando por la paradisiaca playa de Vilanculos. Mozambike. Un grupo de niños y no tan niños juega un partido de fútbol en las horas de marea baja. La paro y la golpeo con fuerza, askoz, demasiada, casi hasta el comienzo del agua. Todos los chicos me miran atentamente, isil-isilik. “Epa, Espainiako naiz, Munduko txapelduna ", les contesto de broma. Dute, con la timidez de los mozambiqueños, Callan. Todos menos uno que se acerca y me dice: “A mí el que me gusta es Messi”. “Ese no es español”, I erantzun. "Ah, pensaba que lo era”, me dice él chiquillo mientras se marcha corriendo a seguir el partido. Una confusión normal de los nuevos tiempos y modas de nuestro fútbol en este continente.

“A mí el que me gusta es Messi”. “Ese no es español”, I erantzun

Han pasado casi tres años y medio desde que aquel 12 Uztailaren 2010, a las siete de la mañana, en el que una azafata me despertaba con prisas en el aeropuerto de Johannesburgo. “¿Es míster Brandoli? Le estamos llamando por megafonía”. "Bai, bai, perdone, me quede dormido”, zalantzan. Me levanté con una bandera española colgando en la espalda, una chaqueta de chándal con los colores de España, una bufanda con los colores de España y debajo, la camiseta de la selección de España. Me levanté casi por inercia, tras una larga noche de festejos, con el gesto más altivo que los pies por pertenecer a los elegidos: era de la tribu de los campeones del mundo. Dagoeneko, azkenik, era de un grupo reconocible en el África que vivía.

Aquellos fueron meses de euforia, de barra libre con sólo portar La Roja. Recuerdo que en Luderitz, Namibia, pusieron el por entonces eterno waka waka en una discoteca al saber que había allí “world champions”, que es como nos presentaron al grupo de spanish. La pista se llenó de desconocidos con los que compartir copas y abrazos. I Lusaka, Zambia, conseguí acelerar un visado para Tanzania entre decenas de bromas y admiraciones sobre el tiqui taca hasta que casi se va todo al garete al aclarar yo con entusiasmo que “soy seguidor del Real Madrid”. “Ohhhh, Real Madrid…Nooo debe irse, nos han robado a mi jugador favorito, a Xabi. Yo soy del Liverpool”. “Mejor estar callado”, I. Zanzibar en, un masai llegado a la turística isla para vender suvenires me daba la paliza cada mañana recordándome lo buenos que eran Busquets, Casillas, Villa y sus pulseras, lepokoak, Denbora luzeak eman ditut Ingalaterran bizitzen eta ez dut inoiz ahaztuko goizero zapaltzen ninduen argi falta etengabea.…

I Lusaka, Zambia, conseguí acelerar un visado para Tanzania entre decenas de bromas y admiraciones sobre el tiqui taca

Nada quedaba ya de aquellos tiempos previos al Mundial en los que hacía reportajes para este periódico sobre nuestra selección y sólo me hablaban de Cesc y Torres. Tras ellos, jugadores estrellas de la Premier League inglesa, no había nada o casi nada. “¿No juegan Cesc ni Torrres?", me preguntó extrañado el sudafricano blanco que se sentó a mi lado en el España-Portugal de los octavos de final en Ciudad del Cabo. "Ez", I erantzun. “¿Están lesionados?". "Ez", le contesto de nuevo. “¿Entonces? No lo entiendo”, acertaba sólo a replicar un hombre que apoyaba a España porque era fan del Arsenal. Del resto no conocía a nadie. Se aburrió muchísimo.

Hala ere, la marca “La Roja” mudó poco tiempo después por una mucho más poderosa, “La Liga”, que fue creada por la televisión por cable que ofrece el fútbol en toda África y esta, biratu, mudó por otra que es capaz de paralizarlo todo: “El derby”.Y es que en este tiempo de vida africana, ahora vivo en Mozambique, el fútbol español se ha convertido en una moda que arrasa especialmente por dos frentes reconocibles e irreconciliables: Real Madrid y Barcelona.

Mucho tuvo que ver Mourinho y su efusividad dialéctica dada por todos los medios de comunicación africanos

Todo el mundo en este continente, creo que esto es casi universal, es merengue o culé. Como algo suyo, como algo propio. Mucho tuvo que ver Mourinho y su efusividad dialéctica dada por todos los medios de comunicación africanos (la goleada de veces que salía Mourinho en un periódico respecto a por ejemplo, Zapatero o Rajoy, daba dígitos de marcador de baloncesto con una casilla, bai, en blanco). Y tuvo que ver el Barcelona y su juego de ensueño, y Messi adorado por todos y Ronaldo al que adoran los otros todos. Y todo se convierte en un totum revolutum sin claras nacionalidades.

“Puedes poner el partido del Reall Madrid”, le pido el año pasado a un tipo en Cape Mc Clear, en el Lago Malaui. “Los españoles son muy fuertes en fútbol. Especialmente me gustan Ronaldo y Mourinho”, dio. Resulta que viajaba con una pareja portuguesa y ella se apresura a aclarar: “Esos son portugueses”. “¿En serio? Ez dela uste dut, que son españoles”, replica él de nuevo. "No, ez. Los españoles ya se quedaron con las Canarias, pero Ronaldo y Mourinho son nuestros”. Él se va dudando y ya durante toda la noche con sorna aparecía por allí y preguntaba “por el español Cristiano Ronaldo”. Una confusión común entre los que no son tan fanáticos del balón y que meten en el saco de la famosa La Liga a todo lo que sale en la caja tonta bajo su marca y con ella, amaieran, a España y su fútbol.

Ez, ez. Los españoles ya se quedaron con las Canarias, pero Ronaldo y Mourinho son nuestros

Azken 25 de octubre cogía un taxi que me llevaba al aeropuerto de Nairobi tras un viaje por Kenia. Ikastaroa, en seguida, salió el universal tema del fútbol si dices que eres español. “Ustedes son muy buenos. Soy un gran fan de los de Del Bosque”, me dice el tipo a bocajarro demostrando un conocimiento detallado. “Lo malo es cómo van a suplir a Puyol, él era clave en medio de la defensa. No hay sustituto. Además Xavi está ya menos fresco, aunque les queda Iniesta y Ramos, que son muy buenos. Ojalá Villa se recupere también y vuelva a ser el de antes”, me suelta casi de sopetón. ¿Quién va a ganar el Mundial?, le preguntó. “Hombre, España lo gana todo, pero Brasil es muy fuerte y juega en casa. Ambos jugarán la final”.

Gero, Isilune baten ondoren taxilariak esaten dit: "Bihar Real Madril-Bartzelona". Non ikusiko duzu?, le eskatu. «Hemen denok taberna batean elkartzen gara bera ikusteko. Jendea erotu egiten da. Barça zale gehiago dago (herrialde guztietan ohikoa den zerbait), baina gero eta gehiago dira ni bezalakoak Reala gustuko dutenak. Gertatzen dena da Mourinho joan denetik «derbia» pixka bat aspergarriagoa dela.. Aurretik ere borrokak egon ziren, lehendik ere dena ondo bukatzen dela dakizuen arren, Nire emaztea maite dut". Espainiako futbola ikusten da hemen edo ingelesa bakarrik?? «Asko ikusten da gaztelania, Liga famatua da”, ondorioztatu du gidari lagunak.

Al día siguiente yo me sentaba en la terraza de una famosa cafetería céntrica de Maputo que tiene una pantalla grande que da a la Avenida 24 Uztailaren. Toda la acera estaba llena de gente, no cabía nadie fuera. Aparcacoches, vendedores ambulantes, paseantes o gente que vive en la calle. Algunos no pueden sentarse y pagarse una simple cerveza. Se pasan dos horas de pie frente a aquella pantalla. Había algunas camisetas del Real Madrid, Barcelona, incluso alguna de España. Gritaban, saltaban, celebraban y se desesperaban. Daba igual que yo estuviera sentado y sí pudiera pagarme esa cerveza, ellos eran yo por momentos, de mi reconocible tribu capaz de perder dos horas viendo fútbol español. The 19 Azaroa, gaur egun, España vuelve al templo que nos bautizó a todos.

*Una versión algo más corta de este post se publicó el pasado sábado en la edición de papel del periódico El Mundo.

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