La condena del Cairo
Ganábamos con la tumba de Tutankhamon en el museo egipcio y perdíamos con los militares que limpiaban las ametralladoras de sus tanquetas en la entrada. Siempre en alerta, siempre dispuestos a salir. Ganábamos una comida regular en una parte linda del imponente Nilo y perdíamos un desagradable control de policía secreta donde nos olían hasta nuestras carteras en busca de droga.