A Cancun hanno rapito il mare. Sembra incredibile che non lo denuncino ma è così. E guarda, facciamo il giro della strada e scrutiamo dietro i blocchi di cemento., ma niente. Nessuna traccia! Immagino che lo abbiano nascosto in qualche cantina., imbavagliato e con una pistola puntata alla tempia. Sì, in cambio ci sono le strade, giardini, e alberghi. Centinaia! Anche folle che entrano ed escono ricoperte di crema abbronzante e fanno finta di nulla.. Seguramente estarán todos metidos en esto. Figurantes cómplices de una obra sin escenario.
El asfalto serpentea a orillas de un manglar en el que se suceden señales que advierten:
“Cuidado con los caimanes”.
No se ven caimanes, pero sí kilómetros y kilómetros de edificios dispersos, stazioni, "sevenelevens” y parterres desiertos regados por aspersores. Paseos marítimos sin mar que vigilan de reojo los muros de varios resorts y decenas de garitas de seguridad en medio de ninguna parte. ¡Más hoteles! Luego… la nada. Empiezo a sospechar que Cancún no existe.
Empiezo a sospechar que Cancún no existe
Aquí se viene a pasarlo bien, o eso dicen. A desconectar, como si te desenchufasen durante diez días y te dejasen con las piernas plegadas en un trastero lleno de palmeras y sandalias hawaianas. A Cancún se viene a eso, lo sabe todo el mundo, o quasi. Lo saben los seis millones de personas que vinieron durante el pasado 2016. Tanta gente no puede estar equivocada, yo por lo menos me fío. Perché mi dispiace, ma anche noi che scriviamo su Vap facciamo queste cose. La faccenda dell'avventura e della polvere è tutta una farsa e in realtà siamo dei grandi turisti da spiaggia. Ma in questo maledetto simulacro di città-autostrada hanno nascosto il mare e non lo lasceranno andare così facilmente finché non sborserai qualche dollaro come riscatto..
Al final aparece un taxista amable que nos explica un poco el asunto. Primero está el Cancún primigenio, “el de verdad”, un par de colinas de desperdicios y casuchas derruidas donde viven los cancunenses y donde (por error),me alojo yo. Luego está la zona hotelera, el otro Cancún, “el de verdad”, donde trabajan los cancunenses. Una urbanización gigante y espaciada por la que al mediodía se despliega un ejército de jardineros poniendo en orden las buganvilias. La tarde caribeña luce resplandeciente y hasta los señores Riu, Palace y Marriot parecen estar de buen humor y se deciden a enseñar un poquito de playa.
En realidad no sabemos qué es lo se hace exactamente en Cancún, pero debe estar muy bien y para averiguarlo nos dirigimos a donde están las agencias. Allí te trocean la diversión en paquetes de gerundios; fishing, snorkelling, jumping,immersione, kayaking, trekking… Por si acaso te despistas, en todas las agencias hay carteles con gente pasándolo en grande y con un lema que te recuerda que a Cancún no se viene a perder el tiempo.
Life is now¡ Don’t forget it¡
Nos decidimos por un circuito de un día que comprende una excursión a Cozumel jalonada por varias “ing” en el trayecto y volvemos al Cancún verdadero a encerrarnos rápido en el hotel antes de que oscurezca. Intentamos dormir arrullados por la brisa tropical y la jarana que arman un grupo de politoxicómanos.
Intentamos dormir arrullados por la brisa tropical y la jarana que arman un grupo de politoxicómanos
Al día siguiente nos levantamos temprano y agarramos un taxi hacia la zona hotelera. La avenida que conforma el centro histórico de la ciudad está plagada de ciudadanos afroamericanos que danzan casi en pelotas recién salidos de las discotecas.
-¡Puro negro! Estamos en mayo y en esta época puro negro es lo que viene de allá arriba. Non so perché, se dividen. Luego a partir de julio les toca a los blancos. Y vuelta a empezar. Así nos pasmaos todo el año en Cancún.
El taxista nos deja junto al puerto en una lonja para turistas donde los operadores se rifan el cuarto y mitad de gringo y hacemos cola para embarcar. Luglio, nuestro guía hoy, tiene pinta de tener una resaca tremebunda y arruga la nariz asqueado por la peste a bloqueador solar que emana de sus clientes. Poi, reparte los tickets para las atracciones y se despide hasta la hora de comer. Un montón de familias en pantalón corto avanza lentamente hacia el buque; ellas alardean del precio de la media pensión mientras ellos, enfundados en sus gorras de beisbol, parecen más sombríos como preocupados por un melanoma incipiente; ambos fingen no escuchar los alaridos de su prole. Predominan las parejas de recién casados que se cogen con nerviosismo de las manos y sonríen para el enésimo selfie de las vacaciones. De repente se oye un murmullo de inquietud: un grupo de nubes grises acorrala implacablemente al sol del Caribe.
Para amenizar el trayecto hasta Cozumel hay un vídeo explicativo sobre las maravillas de Cancún y luego una actuación musical. Un señor en guayabera y gafas de pastillero, enciende el Iphone y ensaya versiones tropicales con una gorra en la que se lee:
Cruceros Tropicanas: Innovating Experiences.
Un héroe contra el silencio que mantiene nuestras vacaciones a flote
Esperienze. A Cancún se viene a desconectar y a vivir experiencias. E in questo momento una parte dei passeggeri ha già cominciato ad avvertire forti vertigini, che combatte sbattendo insistentemente la testa contro il sedile anteriore.. Ma Ezechiele, questo è il nome dell'interprete, Non è un tipo che si scoraggia facilmente e imperturbabile canta un altro bis di “La Bamba”. Tra canto e canto fa appello ai benefici del carattere latino, scherza sul tempo e su quanto è bello (questo vale per noi) senza dare un solo colpo. Ogni volta che qualcuno cerca di addormentarsi o geme con la testa tra le mani, lo sveglia con un bel colpo e sorride soddisfatto. Ezequiel è una forza della natura che non è disposta a lasciarci sprecare momenti indimenticabili.. Un eroe contro il silenzio che tiene a galla le nostre vacanze mentre la nave dondola pericolosamente e il cielo comincia a sanguinare sotto una pioggerellina sottile.
Life is now¡ Don’t forget it¡
Un'ora dopo ci siamo sparpagliati sul molo di Cozumel come un'espirazione., c’è la fretta di godersi la vita e le “esperienze” per le quali abbiamo pagato. A questi, alle esperienze, dico, si arriva in barche più piccole, e il primo è lo snorkeling. Ci sono sospiri di delusione in molti corpi ancora vacillanti quando apprendono che devono tornare in mare.. Dodici di noi contempliamo il giovane Daniel, il nostro istruttore, con l'attenzione degli scolari. Daniel que parece recién salido de prisión o de la reunión frente al hotel de anoche no parece tener un buen día, tampoco una buena vida, así en general. Explica con desgana como usar el tubo y unas gafas usadas por mil bocas que hay en un barreño de agua salada y minutos después flotamos frente al puerto sobre unos modestos corales. Daniel lleva comida para peces y estos se amontonan frente a sus manos. En algún momento nuestro guía comienza a retorcerse y señala algo en el fondo. ¡Una tortuga!
Rápidamente el animal se encuentra rodeado por diez figuras blancuzcas que la estudian con una atención casi obsesiva. Algunas de ellas van armadas con cámaras y de vez en cuando descienden a su altura para tomarse una foto con el animal mordisqueando indiferente unos yerbajos como telón de fondo. Al salir Daniel pregunta que tal ha resultado la experiencia. La gente parece feliz absorta en sus pantallas submarinas y así se lo hacen saber con monosílabos. Él recuerda que su felicidad depende de la propina y a los tripulantes nos entra de nuevo un mareo enorme. Y así pasamos las horas, mientras esperamos “el todo incluido” del almuerzo.
El animal se encuentra rodeado por diez figuras blancuzcas que la estudian con una atención casi obsesiva
Volvemos de tarde, y en la ciudad parece que ya han soltado al mar. Ahí anda, descontrolado, mostrando a todo trapo un repertorio de colores, armando jaleo y sacudiéndose las olas de encima, eufórico tras días de cautiverio. Somos la tira, mojito en mano, contemplando un sol que flota como medio limón en el agua. Algunos cerramos los ojos, no sea que se vaya a escapar la experiencia. Pero se acaba y no estamos seguros del todo… será la fragilidad con la que se viste el tiempo durante las vacaciones. A estas alturas ya sé que Cancún no existe.
Miro el posavasos.
Life is now. Don´t forget it¡