El mundo de equipaje

"Svijet prtljage", prva knjiga nove uredničke zbirke Viajes al Past, sada možete kupiti na našoj web stranici. priče o 27 putnika koji su u ove više od četiri godine postojanja pisali VaP-om. Nemoj propustiti!
Svijet prtljage putuje u prošlost Svijet prtljage putuje u prošlost

Svijet prtljage putuje u prošlost

 

El mundo de equipaje. priče o 27 putnika es el primer libro editado en la colección editorial Viajes al Pasado

Možete ga kupiti putem obrasca u nastavku. Budite sigurni da uključite kontakt broj kako bi se olakšalo dostavu. Para pedidos fuera de España consúltanos el precio final en vap@viajesalpasado.com:

Svijet knjiga prtljage - Prošli putovanja

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El mundo cabe en una maleta, vaya que sí. Habrá siempre algún incrédulo que piense que no es posible meter en el equipaje las cumbres de Guadarrama, la belleza de la Toscana, la magia del Nilo o el territorio del leopardo en el Karakorum. Pero claro que es posible. Y sobra sitio, mucho sitio. Tanto como para hacer hueco a las estrellas fugaces de Ouagadogou, el baile de máscaras de El Cairo, los centinelas del camino de Angola y la radiografía sentimental de Antananarivo, la capital de Madagascar.

Seguro que algunos todavían dudan. Confieso que nosotros, isprva, također. Pero sólo hasta que entendimos que, antes de partir de viaje, más allá de torturarnos con qué meter en la maleta (neizbježno, siempre se olvida algo) es obligado reservar algo de espacio para llevar el mundo en el equipaje, la curiosidad necesaria por afrontar horizontes y fronteras sin estúpidos prejuicios ni más etiquetas que las de las botellas de vino y cervezas que vayamos coleccionando por el camino. Taj dan, Xavier, Daniel y un servidor nos dimos cuenta de que sí, de que el mundo entero cabe en una maleta.

Soñamos con meter el mundo entero, sin dejarnos nada, con sus gentes y sus historias, con sus caminos de piedra y barro y sus horizontes de soles siempre distintos

Y soñamos con meterlo entero, sin dejarnos nada, con sus gentes y sus historias, con sus caminos de piedra y barro y sus horizontes de soles siempre distintos. Del Lower Zambeze a Sumatra; de las frías estepas de Siberia a Choquequiraw, Machu Picchu nepoznato; del fin del mundo encantado de Baracoa al mítico Cabo de Hornos o a la cárcel sin rejas de Mae Ra Moe, en Tailandia; del tiempo circular de Manono, en Samoa, a la tumba de Shackleton en la Antártida.

Začudo, pese a la mezcolanza de paisajes y la sucesión de miradas repartidas por todo el Globo, cada una tenía su sitio y mantenía intacta su ideosincrasia. Eso nos animó a seguir llenando la maleta. Porque no queríamos dejar de incluir la historia del indígena que conmovió a Google Earth; el sensual traqueteo del tren entre Kandy y Nuwara Eliya, en Sri Lanka; el beso de Dios a los pies de los Annapurnas; el arcano séquito de Papúa; los ecos de la muerte de Jodhpur, en India; los sonidos de un hayedo en Irán; las palabras de la Negra Ester de Chiloé; los ecos de la utopía del Tata Vasco en Michoacán; las estrellas que se apagan en Etiopía y los secretos del Manu en Perú.

Hemos contado el mundo en más de un millar de reportajes a través de los ojos de mucha gente. En nuestro equipaje había todavia sitio

Pero había demasiado mundo que abarcar y sólo tres miradas para retratarlo. Nos parecieron pocas. Necesitábamos más. Ahora que sabíamos, por sorprendente que pueda parecer, que el mundo entero cabe en una maleta, sentíamos la necesidad de asomarnos a todas las ventanas posibles. Había donde elegir. En estos más de cuatro años en viajesalpasado.com hemos contado el mundo en más de un millar de reportajes a través de los ojos de mucha gente. En nuestro equipaje había todavia sitio.

Y nos pusimos en contacto con Sebas y con Eduardo, y con Vicente y Marián, con Enrique, con María, con Cristina, con Mayte, Gonzalo y Miquel. También con Juanra, Eduardo, Nacho, Álex y Juancho. I, kako ne, con Gerardo, Josep M., Olga, Diego, Alicia, Goyo, Nacho, Laura y Raúl. Y todos creyeron que sí, que el mundo que habían visto, que habían vivido y que habían escrito en VaP cabía en una maleta, aunque hubiese que apretarse un poco.

Todos creyeron que sí, que el mundo que habían visto, vivido y escrito en VaP cabía en una maleta, aunque hubiese que apretarse un poco

Ninguno puso condiciones, no hubo que firmar ningún papel. La palabra, kao prije, era más que suficiente. Y esta mañana, mientras alguien lea estas líneas, estaré camino de una imprenta donde me han dicho que sí, que me van a abrir la maleta para que pueda echarle un último vistazo antes de que todos esos viajes, esas historias contadas como nunca antes, «en polvo y lluvia, en sol y aire, en lenguas indescifrables y aldeas perdidas», se conviertan en papel. Y se consuma el milagro de un mundo entero metido en una maleta. Svijet, de equipaje.

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