Quizá la lección más importante de este gordinflón amigo de 63 años es la contundencia con la que se puede hablar en silencio. No hemos tenido en dos meses de ruta una sola discusión entre los tres. Como diría él, viajar contigo “son favores que nunca más me pagas”. Adiós amigo, fue un placer viajar junto a un hombre tan bueno.