El planeta puede ser un lienzo. Un trozo de tierra en la que se desparraman texturas y colores. Una tela de barro y piedra con olor a azufre, a pino, a agua enloquecida. Un sin sentido de humo, estelas verdes y vientos fríos. Las rocas se recuestan sin pasos en su lomo y en las laderas que partieron en dos a golpes de corriente se agolpan las bestias indecisas. El planeta puede ser un lienzo, 時々, sólo a veces...