Se mañá o mundo acaba

Por: Ricardo Coarasa (texto e foto)

información título

contido información

Me da mucha pereza pensar en que mañana se acabe el mundo. Me quedan demasiadas cosas por hacer. Si los Maia tienen razón (¿quién soy yo para rebatirles?), al menos hay que agradecerles que nos hayan avisado con tiempo, el suficiente para poner algunas cosas en orden antes de que el abismo se abra bajo nuestros pies. Outro, con todo, quedarán para siempre pendientes. Y eso es, xustamente, lo que me atormenta en estas horas finales.

Yo no quería encarar el último viaje, o único para o que non temos billete, sin volver a sentir esa alegría en mis zapatos al pisar lugares desconocidos, lejos de la rutina que estrangula el entusiasmo. Me parece una faena irme de aquí sin caminar el glaciar del Baltoro, en el Karakorum; sin ver con mis propios ojos la Antártida; sin admirar la aurora boreal; sin adentrarme en el Gran Norte, ou nos desertos do Mali Timbuktu transportando, ou fluxos de Chimborazo; sen ver a unión dos dous en Niles Cartum ou navegar polo Congo, o Níxer e Barcelona, ​​en Altair Elena Amazonas; para non virar España sendeirismo… Soños que me sostiveron na escuridade, ilusións que foron alimentando-se dos libros, en mapas que os esforzos de combustible e non deixe que os últimos brasas off.

Yo no quería encarar el último viaje, o único para o que non temos billete, sin volver a sentir esa alegría en mis zapatos al pisar lugares desconocidos

"Despois dun longo século, xa que o mal de volta… A terra será sangue enlouquece, enfermidade, fame, Guerra e Revolución ". Nostradamus profetizou a fin da civilización occidental tralo tumultuado século XX. E aquí imos nós. Esperando que alguén se cegos. Mais, real, non hai présa.

Revise algúns dos síntomas como un preludio profetizado cataclismo: la Santa Sede abandonará el Vaticano; el sucesor de Xoán Paulo II morirá en el Monte Aventino; el Anticristo nacerá en Asia, hijo de un monje budista; un ataque aéreo contra Francia; la ruina de Israel; la conquista de España por los musulmanes; la invasión china de Europa; el incendio de Roma y el asesinato del último Papa. O certo, salvo el desembarco chino en el Viejo Continente (pacífico, pero conquista al fin y al cabo), no veo que los demás augurios se hayan cumplido. Quizá los mayas también hayan errado el pronóstico

¿No habrá más maletas esperando en el trastero la redención del asombro? ¿Ni duermevelas salpicadas de fatalismo ante la inminencia de un gran viaje?

Mais, Claro, no sólo me abruman los lugares que me quedan por visitar, pero, y casi con la misma intensidad, aquellos a los que quisiera regresar. Esos a los que te ha costado darles la espalda y con los que, ao final, has puesto tierra de por medio recurriendo al socorrido autoengaño: “Volveré”. Todas esas promesas íntimas se me vienen ahora encima como incómodos boomerangs que no quiero ni puedo esquivar.

¿No habrá más maletas esperando en el trastero la redención del asombro? ¿Ni duermevelas salpicadas de fatalismo ante la inminencia de un gran viaje? ¿Y el dulce sonido de la puerta que se cierra tras de ti cuando, por delante, esperan otras puertas por abrir que sólo alcanzas a imaginar? ¿A dónde irán a parar las deshilachadas ilusiones de partir? ¿Y esos despertares desconcertantes en lugares desconcertantes? ¿En qué momento se desharán los sueños? Quizá los mayas, Despois do, no calcularon bien la fecha

Si mañana se acaba el mundo quiero el regalo de otro atardecer en el Serengeti, dun amencer ata o pé do Everest Rongbuk

Se mañá o mundo acaba Quero o don do outro por do sol no Serengeti, dun amencer ata o pé do Everest Rongbuk; Non dou a sentir-se de novo a soidade esmagadora da Patagonia ni a unos segundos, basta, contra Gorxa del Diablo; Quero subir á última hora Oroel para dicir adeus ao meu pai e explorar as terras altas de Etiopía, sucumbir novo para a beleza do Grand Canyon e espertar co mesmo entusiasmo en Nova York escoitar Sinatra; atravesar a Ponte Carlos; ollar para a Asia a partir do Bósforo; engolfar me a través da selva de Bwindi; mercado de navegación de lecer Stone Town e recordar a emoción desa primeira viaxe á México. Co fin, tanto…

Unha década atrás, el cambio de siglo vino acompañado de otro vaticinio catastrófico, éste de tintes informáticos: el “efecto 2000”. Los ordenadores, nos contaron, no iban a ser capaces de reconocer el cambio de dígitos y el disco duro de nuestra civilización se iría al garete. Se gastaron cientos de millones de pesetas en prevenir esa hecatombe informática, se escribieron miles de páginas sobre la que se nos venía encima. Cuando las agujas del reloj estaban a punto de doblar el siglo, el clan informático contuvo la respiración y miró de reojo a sus ordenadores. No pasó nada de nada. ¿Y si los mayas también se equivocaron?

No estamos obligados a cumplir todos esos sueños pendientes pero sí, polo menos, a intentarlo. Para que la rutina se entere de que no hemos bajado la guardia

Estamos obligados a vivir de prisa, sin tiempo apenas para asimilar reveses y satisfacciones, esos impostores a los que Kipling aconsejaba pagar con la indiferencia. Sólo los viajes nos redimen de esa fugacidad. Prepararlos, vivirlos y, para algúns, escribirlos (ésa es al menos la filosofía de VaP). Gracias a la vieja profecía maya, al menos hemos recapacitado sobre lo que hemos hecho y lo mucho que nos queda por hacer. No estamos obligados a cumplir todos esos sueños pendientes pero sí, polo menos, a intentarlo. Para que la rutina se entere de que no hemos bajado la guardia y que, ocasionalmente, somos capaces de soltarle un zarpazo. Y de arrancar una sonrisa a nuestros zapatos. Se mañá o mundo acaba.

  • acción

Comentarios (11)

  • Ann

    |

    Ha sido precioso, Ricardo. E se os maias están errados non é outra cousa que quero facer.. Leve-me con vostede que o viño, que hai moito tempo…..

    Resposta

  • ricardo Coarasa

    |

    Isto faise Ana! Pero ten case esperar enviado especial para Mozambique non é? Bs

    Resposta

  • Primeira viaxe

    |

    Non necesitamos pensar que mañá o mundo acaba ser consciente do destino (pero traballou) que tivemos e temos que facer o que amamos, km que bateu cara atrás para ver, vivir e dicir o que o mundo ofrece. Se de feito os Maias estaban certos, cousa que dubido, porque cremos en correntes vitais e non o catastrófico, sería cen prazas para reconectar, especialmente, co que todos nos vimos, mellor ou peor, pero se tivésemos que dicir adeus a todos, lo haríamos sabiendo que nos quedan «cienes y cienes» más por descubrir. Aínda que esteamos seguros de que estamos un longo camiño para o tránsito, Consello! ;D

    Resposta

  • Daniel Landa

    |

    Eu préndoo a teoría de que só o Fin do Mundo, mañá será o inicio dunha Nova Era. E neste mundo renace, Vexo todo! 😉 Genial el artículo, Ricardo e, por suposto,, Ann, Estou para estes viños cando o fillo pródigo!

    Resposta

  • Alicia Coarasa

    |

    Moi bo artigo, pero a fin do mundo non vai acabar, polo menos hoxe, Temos moitas cousas que facer e as persoas que lle gusta e ve medrar, por exemplo, a mis adorados sobrinos.

    Resposta

  • Mayte

    |

    Nooo, por Deus que eles estaban errados eo mundo non acabar pronto, aínda temos moitos camiños por percorrer e escribir palabras, grande e alentador artigo Ricardo, Parabéns!!!

    Resposta

  • María Ruiz

    |

    Si, o mundo acaba mañá, menos mal que te he leído..!! Aunque creo que te quedan aún muchas puertas por cerrar y abrir

    Resposta

  • Lydia

    |

    Me ha encantado el artículo y sobre todo lo de darle un zarpazo a la rutina y arrancarle una sonrisa a nuestros zapatos.

    Yo también deseo poder hacer más viajes. Me queda muuuucho por ver.

    Resposta

  • ricardo Coarasa

    |

    Gracias a todos y, especialmente, a los mayas por obligarnos a poner en orden los cajones desordenados de nuestros anhelos

    Resposta

  • Carlos L

    |

    Ricardo, excelente artículo. Muy emotivo

    Resposta

  • Juan Antonio Portillo

    |

    Hermosas palabras Ricardo¡ Aquí seguimos aún……. y que sea por mucho tiempo, hasta que la próxima profecía quiera¡¡¡¡¡ Al menos la profecía ha conseguido un propósito, en particular,, que todo el mundo hable sobre ella y no haya otro tema de conversación durante ese día. Unha aperta

    Resposta

Escribir un comentario