O sol brindou pola brillante cuberta e os homes de garda amosáronnos a súa vida a bordo, faláronnos do descubrimento de América e Colón, das terras conxeladas do estreito de Magallanes.
"Soaba unha banda de bossanova uruguaio-brasileira, e o whisky e o asado corrían de mesa en mesa nunha atmosfera de confraternidades fronteirizas e cervexas importadas."
Montevideo en verano es una ciudad tan plana como un campo debajo de un cielo celeste. Es la soledad estival del entorno rural llevada a las calles de cemento, en cuyas tardes letárgicas canturrean los pájaros, toman mate los grupos de amigos apostados en las veredas y caminan, con bastante parsimonia y sosiego, cans, algunos gatos y unos pájaros patilargos que no he conseguido saber cómo se llaman aún.
La primera vez que subí en un autobús en Montevideo, mi corazón retrocedió veinte años, treinta, cuarenta, sonaba “In the army now”, sonaba con toda su carga de claudicación, deserciones, letanías y acordes impecablemente armonizados.