Durante la larga noche controlé la intermitencia de mi nivel de concentración con un mantra improvisado: “soy poderoso, muy poderoso, no te gobierna el cansancio, no te gobierna”. La mente entraba en trance, y yo descansaba con ella.
Reconozco que todo empezó con la segunda línea "ピンク" de un predictor. Con una mujer inundada en felicidad, un hombre bloqueado en la incertidumbre, y un ginecólogo como testigo. "ローラ, Mario ya está de camino. Ahora te pido que me dejes subir el Kilimanjaro"