O oso balance auga, centrifugadas. Foi alí, peluche favorito para nenos, la pesadilla para los campistas y un dios para los ainus. Lo vimos tras la seguridad de una valla y seguimos camino, alejándonos del lago Akan.
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Daniel Landa (Texto) D.Landa e Yeray Martin (Fotos)
Chegamos a Hokkaido baixo o mar. Un túnel separa as dúas illas máis importantes de Xapón e un tren esvara entre os peixes para aparecer ao outro lado, norte, onde o sentido común comeza a dar a volta.
"Mi poca destreza culinaria tuvo que servir de almuerzo a mis compañeros de expedición, que después de verse obligados a grabar mi desatino al cortar los fideos, tuvieron, tamén, que comérselos."
Los templos de la Shwedagon pagoda de Yangón fueron el escenario de la revolución azafrán hace siete años, cuando los monjes se levantaron contra la dictadura haciendo de barrera entre los militares y el pueblo. Hoy caminan tranquilos y sonríen al viajero protegidos por sus paraguas a juego con el hábito.
Entonces apareció Kashia. Vestía un traje tradicional verde claro, llevaba un peinado ingrávido, un tocado discreto y la cara pintada de un color blanco de ángel. La serenidad de su presencia dejaba una estela de silencios a su paso.
Non quero máis comida enlatada e vou a un xer, típica casa mongola, Rolda, cuberto de lona e illado con filtro (pelo de ovellas). No interior hai dúas rapazas, o irmán maior e a nai. Puxen a man á boca para indicar que quero comer
Por:
Daniel Landa (Texto) Nacho Melero/D. Landa (Fotos)
“Aquí la fe es como un bosque de bambú, se mece con el viento, cambia, es flexible” La frase la soltó como si tal cosa en menos japonés de los japoneses de la región de Wakayama. Se llamaba Brad y había crecido con las nieves de Canadá. Pero tenía el alma con los ojos rasgados y el corazón enredado en la maraña de credos que estábamos a punto de descubrir.