Dos semanas antes me presenté a la consulta y a ella se le había olvidado decirme que ese día no venía el doctor. Desde entonces hemos hecho una cierta amistad que se fraguó con una sonrisa. “Supongo que a mañana llegaré vivo”, le dije para zanjar su confusión.
Esa fiesta especial no podía ser una más. Los invitados venían de Bagdag, de Bucarest y El Cairo, de Roma y Treviso, de Azores, de Kuala Lumpur y, 还, de Madrid. En sus zapatos sumaban más kilómetros que el mismísimo Willy Fog. El lugar era mágico. Todo era mágico.
Hasta hace poco Mozambique era uno de los países más pobres del mundo. 在我奇怪. Lo que he visto hasta ahora y lo que me han contado me muestra una cara de África un poco diferente de la que conocía. Los portugueses tuvieron que marcharse en 24 小时, lo que no permitió hacer una descolonización mínimamente planificada, poco después hubo una guerra civil de quince años. El resultado es que las pocas infraestructuras portuguesas se han dejado perder.
Y entre medias paso todo y de todo, que nunca en aquella ruta que es la tercera vez que la hacía pasaban tantas cosas en mi entorno. Era como si todo tuviera respuesta porque nada era preguntado. Y el sol se levantó con nosotros y, cosa de hacerlo todo tan lento, siempre nos estuvo esperando.
Esto me hace dudar de la conveniencia de la cooperación internacional y en el futuro de este continente. Pocos metros separan una visión de África de otra. ¿Es Sudáfrica el modelo a seguir? ¿Es la colonización europea la responsable de los problemas africanos?