Era la tercera vez en los últimos seis meses que me dirigía hacia ese mismo collado, pero las circunstancias, どんな場合でも, eran bien distintas. Esta vez era el día de los Santos Inocentes y ya había empezado el invierno.
Escuchar su nombre esparció inmediatamente sobre mi curiosidad el embrujo de tiempos medievales. Cuentan que allí arriba se reunían los reyes de Aragón, Navarra y el vizconde del Bearne francés para dirimir sus cuitas fronterizas.
No tengo nada en contra de las carreras de montaña. Es una manera de amar la naturaleza muy alejada de la mía, pero igualmente respetable. Sí tengo mucho en contra, しかしながら, de quienes no respetan la montaña o la ensucian impunemente.