Tras los atentados de París, el periódico El Mundo me pidió que entrevistara al cantautor y poeta Marwan, hijo de un palestino y una española. Él estaba en México, tocaba esa noche con Jorge Drexler (judío) y nos encontramos en un hotel de la Colonia Roma. No iba allí a preguntar por su arte, pese a que sus libros de poemas están en la lista de los más vendidos desde hace meses y sus canciones se han convertido en referente para miles de personas, iba a preguntarle por esa dualidad del hombre que nació en el madrileño barrio de Aluche y creció escuchando y entendiendo las historias de su padre y esa eterna lucha de los palestinos por tener un estado. Marwan es uno de esos pocos hombres que vive en estos hoy, izgleda, dos mundos tan enfrentados en el que las dos partes creen tener razón, creen ser víctimas y necesitan ser verdugos. Me pareció un tipo simpático y honesto. La entrevista que salió en papel en el periódico, problemas de espacio, estuvo muy cortada y se quedaron especialmente los aspectos más críticos en el tintero. He aquí Marwan al completo, sin ningún corte, y su opinión sobre esos dos mundos que colisionan desparramando odio y sangre. VAP, que es una revista que intenta explicar el planeta, tiene hoy un reflejo de esas dos mitades que menos se entienden.
-Usted que es cantautor y poeta, en este mundo en el que todos opinan y juzgan en las redes sociales, ¿cree que hoy faltan o sobran palabras?
-Sobran palabras malas y faltan buenas. Decía Machado que el lujo no es decir lo que se piensa, sino pensar lo que se dice. Yo también digo a veces boberías en las redes sociales.
-Quiere hablar de su arte, de sus obras y yo le vengo a hablar de violencia porque usted es hijo de un palestino, ¿le molesta?
-No me importa, entiendo que la gente quiere saber la opinión de una persona que sabe que donde nació su padre se vive cada día en un estado de guerra.
-¿Desde su España natal se puede comprender el conflicto de Oriente Medio?
-No lo puede comprender nadie porque hay cosas que no sabe nadie, hay demasiados intereses.
-Njegov otac, palestino, nació en un campo de refugiados, en un país sin país y con mucha pobreza. ¿Qué tiene usted de él?
-Hay mucho, principalmente su gran compasión por los débiles. Yo tengo esa compasión al cubo, los débiles son mi debilidad.
-¿Se siente libre o teme los prejuicios de unos y otros?
-Trato de sentirme libre aunque sé que cómo hijo de palestino puedo decir cosas que no le gustan a todos los palestinos. Estamos en un momento en el que debemos tratar de no ser hooligans a la hora de defender un pueblo o un partido político.
-¿Buenos y malos?
-Es que siempre hay matices. Yo puedo estar de acuerdo con la creación de un estado palestino y no estar de acuerdo con la política islámica de Hamas. To je rekao, estoy en contra de la ocupación israelí, la razón es de los palestinos, quiero un estado palestino pero a veces haciendo ciertas cosas se pierde la razón. La gran desgracia de los palestinos es haber estado representados por el radicalismo islámico
-¿La primera victoria del terror ha sido que ya nadie pueda sentirse seguro y libre de decir lo que piensa?
–La mayor victoria del terror es hacer sentir miedo.
-¿Siente miedo al hablar de estos temas?
-Ne, siento que no me va a pasar nada pero sé que si critico algunas cosas es posible que las redes se me echen encima.
-¿Ha sufrido amenazas de unos u otros?
-Ne.
-¿Qué piensa de las tristemente famosas caricaturas de Mahoma?
-Pienso que si para el islam es algo sagrado no pasaba nada por respetarlo. El humor negro debe tener ciertos límites también. Eso no implica que me parezca una aberración matar a alguien por hacer una caricatura. La religión entra en el terreno de los emocional, si te burlas de algo sagrado estás atacando la identidad de una persona.
-¿Le ofende la diferencia de trato en medios y opinión pública entre el atentado de París y cualquiera de los que se produce fuera de occidente?
-Es triste, pero generalmente para occidente los muertos del sur valen menos. No es justo. Lo que pasa es que los muertos cercanos tocan más y estamos tan acostumbrados a las muertes en Oriente Medio que nos hemos hecho un poco inmunes. No es que no nos duela, es que nos hemos acostumbrado
-¿Como hijo de palestino y nacido en España, ¿se ha sentido discriminado alguna vez aquí o allí?
-Da, yo he sufrido racismo en España
-Kako?
-Algún profesor racista he tenido de pequeño y me han llamado moro muchas veces.
-¿España es un país racista con el musulmán?
-Da, bastante. Yo no me identifico con el musulmán, me identifico con el árabe, pero España es muy racista. Al menos un tercio de la población es racista.
-¿Tras el 11-M empeoró?
-La verdad es que no, o y o al menos no lo noté.
-Tiene usted un poema, Refugiados, que pregunta: ¿Has entrado en los ojos de un refugiado?… ¿Qué cuentan los ojos de un refugiado como tu padre?
–La tristeza y abandono más profundo. Tener que dejar atrás tu vida sin quererlo expulsado por el ruido de las bombas te trae un sentimiento de desgracia y vacío tremendo.
-Dice también en ese poema: Y viste a este planeta permitiendo la carnicería que trajo estos lodos, el doble rasero que hay en cada guerra… ¿A qué carnicería y doble rasero se refiere?
-Haber ido a bombardear Iraq trajo el atentado del 11-M. Si el ejército español no hubiera participado en una guerra tremendamente injusta no hubieran elegido España para atentar. Creo que ese tipo de bombardeos constantes que ha habido en casi todos los países árabes es una política nefasta y que ha generado un hartazgo y odio de los árabes hacia occidente normal como el que nosotros sentiríamos si nos hubiesen bombardeado los países de al lado.
-Hablas de nosotros, ¿te sientes más español o palestino?
-Me siento español, Ja sam španjolski. Imagina que en España nos bombardearan, sentiríamos odio. No hay simpatía por el que te ataca.
-París es importante en tu obra, ¿por qué crees que París sufre esta ola de violencia?
-Ja nemam pojma
-Po vašem mišljenju, ¿son los países europeos solidarios con el conflicto sirio?
–Ne.
-¿Y los países árabes?
– Jordania y el Líbano acogen a muchos refugiados de otros conflictos, el resto creo que no lo son por lo que conozco.
-¿Pedir que por derechos humanos se intervenga en Afganistán y no en Arabia Saudí es hipocresía económica,?
-Es una hipocresía absoluta pero el dinero manda. Es una falta de empatía y sensibilidad. Una dictadura y les abrimos los brazos y con Sadam es una dictadura que hay que bombardear aunque las armas sean inventadas. Hay un doble rasero.
-¿El relativismo de igualar a todos bajo el paraguas de las injusticias no beneficia especialmente a los que son peores en este instante?
-Todo pasotismo se acaba convirtiendo en complicidad. Al ser humano le jode esa responsabilidad, pero la tenemos.
-¿Es el mensaje del ISIS una amenaza global más prioritaria de atajar que otras?
-Ne znam, no tengo tanta inteligencia. La prioridad es educar en valores y que la carta universal de derechos humanos sea la que rija los gobiernos.
-¿El terrorismo más peligroso es la falta de educación y el hambre?
-Es uno de los terrorismos más peligrosos. No crea amigos abandonar otras personas
-Tiene usted el mismo nombre que aquel niño sirio que cruzó el desierto de Jordania sólo y que se convirtió en emblema. Luego se supo que aquello era mentira. ¿A quién beneficia la mentira constante del conflicto de Oriente Medio?
–Fue una mentira muy positiva que arrancó una gran solidaridad. El problema son las grandes mentiras que buscan el sometimiento de los pueblo
-¿Juntar la ocupación israelí o la invasión de Iraq con París es una canallada o una realidad para explicar el problema?
–Cualquiera que justifique la ocupación israelí por el islamismo radical es un canalla. No es una guerra por religión, es una guerra por un territorio. El problema de los palestinos es que el radicalismo islámico gobierna en Gaza, son considerados terroristas, aunque hay también hay matices: cualquiera que sufre una agresión tiene derecho a defenderse.
-¿El tema conflicto israelí-palestino no es también un paraguas en el mundo árabe radical para justificar todo?
–Es losa sobre losa, una escalada constante. El problema real es que hay un sometimiento de un pueblo a otro. Me interesa Ilan Pappé, un intelectual israelí, que decía que la violencia palestina era justificada. No hay nadie al que le metas 20 veces el dedo en el ojo y no te suelte una hostia.
-A París, Madrid, Londres o Nueva York también les han metido el dedo en el ojo, ¿eso justifica que haya una respuesta agresiva también?
-Creo que es importante aclarar que la violencia soluciona nada o muy, muy pocas cosas. Yo soy violentamente pacifista, no creo en las guerras, y no soy lo suficientemente inteligente como para responder si está justificado un ataque en estos casos. Creo que la guerra trae más guerra y creo que hay que buscar vías para la paz o el desarme. Construir antes de destruir. A lo mejor deberíamos pararnos y ver por qué han atacado en determinados lugares. Occidente ha sido agresor continuo en los países árabes. La guerra es el último recurso y para Francia ha sido el primero
-¿La sociedad árabe es poco crítica con los extremismos islamistas?
-Creo que tienen muchos más problemas para expresarse que en occidente porque la libertad es mucho menor. Es muy difícil. Decía recientemente el poeta sirio Adonis que el problema en los países árabes es que la religión forma parte del Gobierno. Cuando la religión manda te vuelves menos flexible, más dogmático. Creo que el 98% de los musulmanes pacíficos del mundo debían revelarse contra los radicales pero no sé si pueden.
-¿Qué le pareció el veto de Matisyahu? ¿Tocaría usted en un escenario con un músico hebreo?
–Toco esta noche con Jorge Drexler que es judío. Me pareció mal que fueran a por Matisyahu, aunque él se equivocó minimizando el problema palestino. No hay que ir a por personas pacifistas como el caso de Noa, que es pacifista y apuesta por la paz. Hay que gastar la energía en otros boicot.
-Otra vez los buenos y los malos…
-Faltan los matices. Matisyahu dijo que cantaba por la paz. Creo que la campaña de boicot en la que estoy al 95% a favor se equivoca sólo en ese punto. En boicotear productos israelíes me parece que es muy positivo. Si occidente tuviera el valor de hacer un bloqueo económico a Israel por incumplir los derechos humanos se acabaría el problema.
-Usted que tiene las dos mitades de este conflicto en sus cultura y en su genética, ¿qué cree que hace falta para alcanzar la paz?
–Hace falta empatía, ponerse en el lugar del otro y no ser dogmático, algo difícil porque occidente se cree una civilización superior y los radicales islamistas se creen que tienen también la razón. No ve una solución fácil y estamos muy lejos de eso
-Sea muy sincero, el viernes fue el atentado de Beirut y el sábado el de París, ¿le afectaron igual?
-Me produjeron tristeza los dos, pero el de París me impresionó más quizá porque como decía antes a la violencia de Oriente Medio estamos más inmunizados.
-¿Como poeta tiene la necesidad de hacer denuncia social por sus raíces?
-No es por mis raíces, es por sensibilidad social.
-¿El amor es igual en todas las culturas, crees que tu madre y tu padre lo entendían de la misma forma?
-Valjda nije, evidentemente es muy diferente, pero lo cierto es que han tenido una relación armoniosa.
-¿Tiene esa dualidad?
-Yo tengo una educación muy occidental.
-¿Quiere expresar algo con su obra o es pura inspiración?
-Al principio era pura inspiración pero los últimos años me encantaría que todo el que se acerca a un disco o libro mío tuviera una experiencia renovadora, que le moviera algo y le dijera algo que no comprendía. Intento hablar profundamente de qué nos mueve a los seres humanos.
-¿Y su lado más social y menos romántico?
-A veces vemos una masa de refugiados y no sabemos qué pasa dentro de sus cabezas, de que están huyendo. Vemos unos refugiados, pero son un profesor, un médico, un comerciante, gente rica que ha tenido que dejarlo todo. Creemos que son pobres que vienen a por nosotros.
-¿Su obra intenta enseñar?
Intento transmitir conciencia.
-¿Es una obra universal?
-.Lo trato y quiero que sea también popular, que cualquiera la entienda.
-¿Es igual de fácil de entender para un español que para un palestino?
-Si se tradujera una canción mía al árabe se entendería perfectamente.
–¿Le gustaría que se tradujera?
-Naravno, a cualquier lengua.