A la sombra de dos gigantes de los safaris como Kenia y Tanzania, Uganda es un diamante ante el que, sin embargo, muchos viajeros pasan de largo. Más allá de la asombrosa fauna que comparte con sus vecinos del este de África, Uganda se sublima por sus paisajes bañados en agua, por sus montañas que se pierden en la neblina, por sus caminos de sangre devorados por la maleza.
En sus tierras nace el gran río africano, el Nilo, cuyas fuentes buscaron los hombres desde la Antigüedad. Viajar por Uganda es reencontrarse con las hipnóticas aguas del Nilo una y otra vez, dejarse seducir por su magia, sentir el peso de la historia en su mirada y la fugacidad del tiempo, en nuestras sombras reflejadas en su cauce.
Viajar por Uganda es reencontrarse con las hipnóticas aguas del Nilo una y otra vez, dejarse seducir por su magia
De Jinja a las cataratas de Murchison, de Paraa a las orillas del lago Alberto, de Fort Portal a la tupida foresta de Kibale, hogar de chimpancés que reciben a los extraños arrojándoles frutos desde las copas de los árboles, mientras aúllan su hartazgo provocando algún que otro escalofrío.
Paisajes. Los de las míticas montañas de Rwenzori, a un paso de otros dos lagos, Eduardo y Jorge, cuna de un parque deslumbrante, el de Queen Elizabeth, donde Uganda se hace una vez más agua mientras navegas por el Kazinga Channel y despides el día junto a la orilla a la lumbre de un fuego que atrae a los hipopótamos, caminando displicentes a unos metros de ti en busca de algo de hierba fresca.
El sur, en la frontera con Ruanda, es tierra de volcanes y de selvas impenetrables
El sur, en la frontera con Ruanda, es tierra de volcanes y de selvas impenetrables, como la de Bwindi, donde esperan los últimos gorilas de montaña, agazapados en su resignación. Prohibido estornudar. Pero no sólo eso, parques con menos cartel como Ishasha o Mburo, junto al lago del mismo nombre, no dejan de sorprender al viajero.
No están todos los que son, desde luego. Un inolvidable amanecer en Queen Elizabeth, los búfalos de Murchison envueltos en la maleza, los campos de té junto a Kibale Forest, las primeras aguas del Nilo en el lago Victoria, la magia del río en Paraa… Es el rostro de Uganda. El de sus paisajes.