Y 25.000 kilómetros después… llegó el fin
Por:
Javier Brandoli (texto y fotos)
mirábamos el mar, que en L`Agulhas se mece violento, en busca de las inexistentes sombras del horizonte. Y al entender que no estaban, que allí no hay rincones, entendimos que se acababa el camino y que habíamos llegado a nuestro destino. Y sentimos la emoción del niño que sueña y la del adulto que hace realidad sus sueños. Lo habíamos hecho, estábamos allí.