Tierra de Brujas: ¿cuándo no llueve se secan las venas azules?

Todo libro se puede resumir en 6 párrafos
Valoración de 9,70/109,70/10
Tierra de Brujas

Todo libro se puede resumir en 6 párrafos….

  • Editorial Viajesalpasado. Edición 2015
  • Autor: María Ferreira
  • Libro para interesados en: África, Kenia, crónicas sociales, creencias rituales, pobreza y desigualdad.
  • ¿De qué va? Una muy joven María Ferreira relata con magistral crudeza su experiencia en un hospital de una aldea del norte de Kenia, Makuyu, un pueblo lleno de putas y drogadictos. Un lenguaje sublime, con imágenes potentes, de un relato impactante sobre estar muy vivo frente a la muerte.

Párrafo 1

Mi tierra prometida se llama Makuyu, que en swahili significa Sicomoro, porque es una aldea que ha crecido alrededor de uno de esos árboles. Quizá suene a lugar bucólico. No lo es. Es un pueblo de putas y drogadictos. Hay un pequeño lago lleno de vómitos y orines donde flotan condones y sobreviven, milagrosamente, algunos anfibios. Por las noches los hombres revientan en los caminos y los perros vagan, muertos de hambre, hurgando en la basura. Nunca he sido tan joven como en Makuyu. Nunca he estado tan viva. Tenía 20 años y amaba esa tierra de brujas

Lo que acaban de leer es el final del primer párrafo del libro. Una prosa directa, clara, sin atajos ni cambalaches, que se mantiene durante toda la obra.

Párrafo 2

Ndung’u cogió al bebé muerto. Sus manos inmensas cubrían al niño como una cuna. El bebé parecía dormido, en paz. El gesto de dolor había desaparecido por completo de su cara. Me alegré de que estuviera muerto y esa alegría me resultó repulsiva y complicada. Vi que Ndung’u abría la puerta de la nevera, apartaba las cervezas que yo había comprado un rato antes y dejaba el cuerpo del niño allí dentro.

Hay buenos escritores de viajes o crónicas sociales, con buena pluma, cuyos textos carecen de la potencia de una buena historia. La forma es importante en la literatura y también lo es el fondo. Hay que tener algo potente que narrar. Y Ferreira lo tiene, en primera persona, y lo relata como lo ha vivido.

Párrafo 3

Al finalizar, nos levantamos y la madre me tocó los pechos y las caderas mientras se reía y hablaba.

-Dice que pareces una vaca enferma, que se te marcan los huesos, me traducía Patrick. Sentí asco, un asco que me duró hasta que me enfermé de tifus y me pasé una semana entera expulsando todo aquello que me había tragado ese día. Y entonces me hice fuerte y entendí, por fin, que no tenía la menor idea de dónde estaba, de cómo funcionaban las cosas, entendí que tenía que salir de mí misma para empezar a comprender. En ese momento comenzó la soledad.

La autora se enferma tras ir a comer a casa de un compañero de trabajo. Come, porque no le queda más remedio, por no ofender y parecer una extranjera remilgada, una plato de pollo con arroz en el que hay hormigas. El agua que le ofrecen es marrón. Porque vive en un mundo marrón, donde las gentes comen alimentos en los que flotan insectos. Entonces entiende que en ese mundo debe sobrevivir, amoldarse, y entiende que lo hará sola.

Párrafo 4

Cuando llegamos a casa de Ndung’u nos llenamos la barriga de leche tibia. Mamábamos como terneros, sin miedo a ponernos malos. Y después vimos un atardecer precioso, y los mosquitos que nos picaban y ya no importaba porque éramos animales y no teníamos miedo a la muerte.

Tierra de Brujas es un viaje por la condición humana capaz de amoldarse a todo para sobrevivir a un entorno hostil. Vivir en un espacio como Makuyu es exactamente ese párrafo que narra Ferreira, perderle el miedo a la muerte, que en realidad significa perderle el miedo también a la vida.

Párrafo 5

No sé cambiar una rueda y me siento en la cuneta. Y el masái vuelve y se sienta a mi lado: ya es de noche: Jamás he visto anocheceres tan feos como los de Kenia, por eso me fascina este país: porque no comulga con la idea de belleza del norte. Es un país de supervivientes, de trabajadores, de gente reventando, de inmigrantes. Es un país que mata, pero mientras mueres te distraes siendo libre. Eso algunos lo llaman depravación

Hay muchas Kenias, como hay muchas visiones de sus anocheceres. Ferreira explica la suya, su amor por una tierra que, dice, te entretiene mientras te mata. Hay un edad, un tiempo, y un lugar en el que eso se anhela. Sin entender eso, uno se va de allí sin entender nada.

Párrafo 6

Unos niños vinieron a jugar con mi pelo y dijeron que mis venas eran azules. Les contesté que las suyas lo eran también. Dijeron no y rieron. Me enseñaron su piel negra. Recorrieron mis venas azules como el río que regaba esas tierras. -Tienes ríos en tu cuerpo, dijo una niña. ¿Cuándo no llueve te secas?

¿Cómo no disfrutar de un libro que termina así?

Estilo9,70/10
Contenido9,70/10
Valoración9,70/10
Notificar nuevos comentarios
Notificar
guest

0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Tu cesta0
Aún no agregaste productos.
Seguir navegando
0