Todo libro se puede resumir en 6 párrafos….
- Ediciones Gatopardo. Edición 2018
- Autor: Lawrence Osborne
- Libro para interesados en: el Bangkok de los turistas y los excesos.
- ¿De qué va? Crónica de una ciudad retratada desde la vida y visión de la tribu occidental.
Párrafo 1
En tailandés hay una palabra, sanuk, que significa el deber de gozar la vida al máximo.
La obra de Osborne se centra en esos miles de turistas y habitantes de paso que acuden a Bangkok a realizar ese sanuk entre cerveza barata, prostitutas baratas y catres baratos en los que dormir. Pocas veces se emerge en algo más profundo que esa burbuja, que en todo caso retrata con ironía y acidez.
Párrafo 2
Nos dicen hasta la saciedad que el sexo y el amor son dos cosas distintas que sólo se unen en la monogamia, una idea directamente extraída de la Edad Media. Es categóricamente falso. Un tropismo rápido y misterioso hace que siempre amemos a toda mujer con la que follamos. Yo amaba a Porntip, pero no tenía que explicarlo. Hasta el más repugnante y misógino turista sexual está secretamente enamorado de aquello que intenta ultrajar. El amor lo corroe, como demuestra su cara colorada y furiosa. Y Porntip sólo haría aquello durante un año, hasta que se graduara y siguiera adelante con su vida
El libro relata constantemente las relaciones sexuales, en primera y tercera persona, de occidentales que acuden a Bangkok a encontrar mujeres y hombres con los que follar a un bajo coste. Es un acuerdo entre ambas partes, que se repite en otros lugares de este planeta donde hay personas que acceden a ‘ennoviarse’ con personas generalmente de mayor edad a cambio de un sustento económico. No es especialmente complicado tropezar con esa realidad en Bangkok. El problema es que su relato más que retratar una ciudad retrata un grupo de extranjeros que al igual que en Bangkok podrían estar en Hanói, Nom Pen, Bali…
Párrafo 3
Tengo la impresión de que nadie me comprende. Estoy solo. Mis clientes asienten, me pagan, me dicen cosas agradables. Pero no lo captan. ¿Qué es lo que no captan? El arte. Lo desprecian, pero son demasiado burgueses para admitirlo
La conversación se produce entre Osborne y un artista español, Felix, que entiende que su arte no es apreciado porque no es comprendido. El libro se sitúa siempre en el lado de la trinchera del farang (extranjero), pero apenas responde a esas preguntas con voces locales.
Párrafo 4
La ciudad no es más que un protocolo para esta caída. Porque Bangkok es donde se refugian algunas personas cuando sienten que ya nadie le puede amar, cuando se rinden
¿Es Bangkok, quizá Tailandia, un retiro de ciertos desahuciados? Puede, porque hay una regla básica que la obra explica bien y que consiste en que todo lo que está prohibido puede hacerse mientras se haga con el decoro de no reconocerse. Eso es un imán para descarriados, pero Bangkok es también el destino de miles de extranjeros que encuentran en la urbe un perfecto balance entre coste y calidad de vida, y que viven ajenos a ese burbuja de excesos.
Párrafo 5
Las ciudades deberían ser lo más sucias posible. La suciedad indica que están sanas. No me refiero a la basura, que es otra cosa. No queremos cajas de pizza ni envoltorios de Big Mac por todas partes. Eso es obsceno. No, me refiero a la fruta y la comida podrida, los huesos de cerdo y los escupitajos. Eso me parece bien, esputos por todas partes. Prefiero Bangkok a cualquier ciudad de mierda británica, estadounidense o australiana. ¿Sabes qué somos? Somos la vieja chismosa escondida tras su cortina de encaje que llama a la policía cuando ve a su vecino echando un polvo en casa. Qué sentimental, ¿verdad? Somos masturbadores mentales sin mano derecha.
Osborne recoge en la obra frases y conversaciones con los farang que deambulan por la ciudad. Ese Bangkok de la comida callejera, de los olores fuertes, incluso de las ratas que salen a comer esos desperdicios, es parte del atractivo que para ellos tiene la urbe. Se desea lo que no se tiene, lo extraño, se caricaturiza el problema camuflado en aventura del que aprendió a apreciar el caos… Eso explica desde muchos ángulos la obra.
Párrafo 6
Mi falta de escrúpulos se desintegró y empecé a ver demasiado claramente qué le parecería aquello a un ojo ajeno. El sexo depende del secreto, de que la única mirada pornográfica sea la propia. Pero allí me estaban mirando dos polis disfrazados, y aquello empezó a aburrirme. No era culpa del Eden Club, ni mucho menos de las adorables Bum y Cartoon, sino que simplemente a veces todo cambia de pronto y una mano desconocida corta las alas del deseo. Nos apagamos. Queremos aire, luz del sol, volar.
El Bangkok de Osborne es un Bangkok lleno de estereotipos de extranjeros occidentales. Quizá eso no lo haga especialmente interesante, lo convierta en algo monótono donde la ciudad se explica desde la superficie. Sin embargo, hay algo que resulta atractivo, que es el retrato de una tropa de solitarios perdedores, vagabundos y zahoríes de cerveza, que acaban allí para vivir una felicidad ‘low cost’. Tras el aceite de coco con el que andan en la espalda, se trasluce un cierta nostalgia, una derrota alegre en la que se sienten más vivos que en la condena de morirse viejos en sus aburridas vidas. Entre ganar, o perder y empatar, hay quien prefiere la emoción de una contundente derrota. Eso cuenta esta obra.
Estilo | 6,00/10 |
Contenido | 5,00/10 |
Valoración | 5,50/10 |