Desde las alturas, el río Colorado parece inofensivo, incapaz de provocar la descomunal erosión que, con paciencia de orfebre, comenzó a alumbrar el Gran Cañón hace ahora diez millones de años. Sobrevolamos el desierto de Nevada en dirección a la vecina Arizona, en el oeste de los Estados Unidos, disfrutando de uno de los más sensacionales espectáculos de la Naturaleza.