A los pies del Everest
Por:
Ricardo Coarasa (texto y fotos)
Estamos por fin en Rongbuk, en el monasterio más alto del mundo, a los pies de la temible cara norte del Everest. El cielo está despejado. El Monzón nos ha echado una mano. La vista es soberbia, deslumbrante. No te cansas de mirar al Qomolangma, la diosa madre de las montañas. Es, sin duda, uno de los días más felices de mi vida. Ahora sólo pienso en caminar hasta el campamento base.