Sri Lanka: comer en el tren del té
Ya he comido frutos secos, dos cafés, mordisqueado un poco de piña picante y tragado una empanadilla de atún y patata. Estoy gordo y feliz. Seguimos ganando altura, y la selva se va despejando, dejando paso a los campos de té. Cascadas, mujeres que recogen hojas, factorías blancas, pueblitos minúsculos y templos hindúes.