Mariposas monarcas
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https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/M1.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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m2
https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/m2.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/m3.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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m4
https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/m4.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/thumb_IMG_9487_1024.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/thumb_IMG_9495_1024.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/thumb_IMG_9500_1024.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/thumb_IMG_9501_1024.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/thumb_IMG_9507_1024.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/thumb_IMG_9508_1024.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/thumb_IMG_9512_1024.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/thumb_IMG_9521_1024.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/thumb_IMG_9525_1024.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/thumb_IMG_9528_1024.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
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https://www.viajesalpasado.com/wp-content/uploads/M2.jpgEn una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.
En una quebrada, rodeada de pinares y algodoncillo, descendiendo por un sendero de varios kilómetros de tierra y roca. Primero son sombras, aleteos invisibles, movimiento sin sonido. Luego aparecen en grupo, algunas, agitando el aire. Finalmente, allí donde abunda el calor y la comida aparecen por miles, por decenas de miles hasta hacerse millones. Las mariposas monarcas, en Sierra Chincua, Michoacán, México. Naturaleza sin vallas ni fronteras. De Canadá a México, ajenas a las reglas del hombre.