La señora Luisa está en la misma silla, el mismo día del año y ante las mismas fotos que lleva rezando desde que uno a uno ellos fueran marchándose. Desde entonces, la noche del 1 de noviembre, ella prepara con mimo su altar, coloca sus fotos y enciende unas velas que le enseñen a sus muertos el camino, el camino de vuelta al hogar. Estamos en Pátzcuaro, Michoacán.