El pueblo está casi a mitad de camino de dos grandes ciudades: San Pablo y Río de Janeiro. Hoy parece increíble pensar que, 400 años atrás, este villorrio pudiera soñar con competir con ellas, pero así fue.
Al principio la niebla blanca nos cubría sin que pudiéramos ver nada, pero a poco empezamos a ver los picos de los cerros que sobresalían de entre las bajas nubes costeras. Navegar por la zona permite tener una vista espectacular de los volcanes.
El viajero y científico esperaba encontrar en estas islas la solución al “misterio de los misterios”, como él llamaba al origen de las especies. Pero después de poco más de cinco semanas, partió con más interrogantes que respuestas.
La película comienza con una impactante toma de un misionero flotando en un río sobre una cruz hasta que las aguas lo arrastran por una increíble catarata. El lector habrá adivinado que estoy hablando de la “La Misión”.
Los indios llamaban “gualichu” a todo lugar donde habían ocurrido cosas malas. Darwin había escrito 180 años atrás que en esa zona había un árbol sagrado para los indios y que de sus ramas colgaban ofrendas.
Cuando alcanzamos la parte superior de las ruinas pudimos apreciar la belleza completa del lugar. Frente a nosotros, una planicie dominada por cardones. Casi podíamos imaginar a los jinetes españoles acercándose a la ciudad indígena.
¡Tantos sitios ocultos tiene la Patagonia! Con la ayuda de mucha gente que me escribió y dejó mensajes en Viajes al Pasado, he seleccionado cuatro tesoros de la Patagonia desconocida.