La berrea y los zancos de Anguiano

Por: Nacho de la Moneda
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29 de Marzo 2013. Antes de sumergir al lector en este nuevo ensayo, quiero señalar al viajero, que la Sierra de la Demanda cumple con varios atractivos que la convierten en obligada visita a finales de septiembre. El primero es la coincidencia del encierro de su virgen, Santa María de la Magdalena con el tremendo espectáculo de sus ocho valientes danzadores. Estos espectáculos obligados para nuestros ojos, las podemos compaginar perfectamente con el ritual de la berrea en las cumbres más altas de esta sierra, desde donde podremos contemplar los llanos de la Rioja.

Tendremos en cuenta que las mejores horas para observar la berrea son las del amanecer hasta las 9 de la mañana y anochecer desde más o menos las 6 de la tarde. Por ello dispondremos de un largo espacio entre horas para sumergirnos en las calles de Anguiano y mezclarnos en sus  fiestas. A la sierra aconsejo siempre ir guiados de algún guarda de la reserva, para contemplarla en todo su espectáculo. Los demás placeres de esta tierra, deberemos ir descubriéndolos en el paladar.

 Fin de semana de Berrea y fiestas en Anguiano.

Domingo del último fin de semana de Septiembre. Año 2002, 4:00 Am,  El agua lava mis ojos, sobre el lavabo apoyo las manos. Me miro, apenas soy el inicio de una mañana. Cierro los ojos, me gusta sentirme desposeído, vestirme solo con un “quizás”. A mi derecha, el frío trae una ventana en eterno bostezo. En su garganta se dibuja el oscuro de un pueblo. Mojado, es sonoro únicamente en la voz de un perro. El resto todo duerme y todo calla.

A mi derecha, el frío trae una ventana en eterno bostezo. En su garganta se dibuja el oscuro de un pueblo

16 horas atrás, último sábado de Septiembre, año 2002. El pueblo de Anguiano está en fiestas, hoy la Magdalena vuelve a su ermita. La cámara me empuja, tantas veces he tenido esta sensación. Hago foco sobre la cuesta de los danzadores, es estrecha y se alarga unos 40 metros. Estoy en ella. En ambas orillas los difuminados colores se transforman en un cristalino gentío de cuerpos encorvados en difícil equilibrio, diría que cabeza con cabeza forman una multitud de arcos de medio punto. Hacia arriba las miradas, todos esperan. La luz es perfecta, los colores están en su pedestal correcto. Veo caras, cuerpos arrojados a la suspensión, manos en rejas, zapatos en puntas, brazos en hombros.

Arriba hay zancos. Sobre cada par, un mozo. Son ocho, cuatro pares de faldones amarillos. En la piedra la madera suena realmente emocionante. Las faldas se giran, se buscan en el sonido de las castañuelas a la espera de abrirse en el arrojo. La cuesta es alta, nos abraza a todos y se mira los pies en un enorme y expectante gentío. Alguien encuentra la puerta que le lleva a la locura y gira en número impar. Es el primero y a la quinta dibuja su vida en forma de círculos amarillos. Zancada tras zancada, lo llevan en descenso suicidio hasta donde la inercia quiera.

Zancada tras zancada, lo llevan en descenso suicidio hasta donde la inercia quiera

A su paso los arcos se rompen. La espera también lo hace y ahora una eclosión de efímeras amarillas vuelan calle abajo. Giran y giran. La emoción es enorme, ¡gigante!, el drama es folclórico y alegre. Unos caen a media calle, otros a su inicio. Parece importante terminar el recorrido. 30 minutos más tarde. La calle pierde fuerza, como toda demostración de valor no puede durar demasiado. El gentío cobra su forma natural, todo se vacía. A la tarde, tras el Rosario volverán a cantar los zancos.

Estamos en berrea, Snta María de la Magdalena se guarda. Anguiano es el sopié de la sierra de la demanda. El sábado del último fin de semana de Septiembre lo terminé entre amigos, (Alberto, paco “el de la hoja” y el guarda de la reserva). Bebimos, reímos y comimos hasta hartarnos de corzo y setas. La siesta se alargó feliz en noche.

Mientras termino de revisar mi equipo de grabación, siento que los grillos callan, como si callara la mar

4:15 Am del Domingo , Seco mi cara. La ventana me ofrece su marco. No hace frío. La noche me habla, entra en la habitación inundándolo todo y cuchichea sobre el otoño. Es un monólogo entretenido que acepto sin ningún pensamiento. No dice nada que yo no sepa, pero es agradable en la soledad acompañarse de su chismorreo, es como oír a la mar moviendo sus faldas en un suave oleaje. Mientras termino de revisar mi equipo de grabación, siento que los grillos callan, como si callara la mar. Por unos instantes la sierra para y vuelve a tronar. Me asomo volviendo a pedir asilo en el marco de la ventana. El sonido es inconfundible, la berrea resplandece sobre Anguiano y enciende como sereno, relámpagos coléricos sobre mi cara. Los berridos son profundos e intermitentes.

4:45 Am. Estoy aquí para filmar la berrea. Termino de abrocharme la camisa.

6:00 Am. Anguiano queda muy abajo, me muevo en el viso de un claro e intento no descubrir mi cuerpo, el viento ayuda .  Algunas ciervas y gabatas se recogen bajo el mando de un imponente venado. Cuento veinte puntas, me arrimo mucho al matorral para ser confundido y alcazo a ver las rosetas, están perfectamente perladas y muestra unas defensas abiertas con una simetría casi perfecta.

Me encuentro en mitad de una esplendida berrea, el espectáculo es magnífico

6:40 Los pinos albares abren sus puertas. El acebo se rompe y las gabatas giran sus cabezas, se vuelve a parar la mar. El trote de otro Dios trona sobre el prado. Se rompe la mañana en el Olimpo y dejo cumplir la escena. Me encuentro en mitad de una esplendida berrea, el espectáculo es magnífico.

22:00 El agua lava mis ojos, la ventana deja de bostezar y ahora en el espejo ya no queda nadie.  Me despido del guarda y vuelvo a Madrid.

Si algún lector quiere disfrutar de la berrea. Existen en España cientos de lugares esplendidos de los cuales estaré encantado de aconsejar en el mail nachomoneda@gmail.com

 

 

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Comentarios (5)

  • Lydia

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    Vi a los danzantes de Anguiano hace dos veranos, en las fiestas de julio. Es impactante. La Rioja es un lugar estupendo para visitar, por sus paisajes, sus pueblos, su gastronomía, su gente y cómo no, sus vinos.
    Respecto a la berrea, tengo planeado asistir en la provincia deSoria. Me hablaron de ella en una casa rural en Cueva de Ágreda, a los pies del Moncayo. Estuve un verano recorriendo la zona. Y disfruté muchísimo.

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  • Nacho de La Moneda

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    Hola lydia, como bien dices los danzantes son impresionantes.
    Yo siempre recomiendo asistir a la berrea en la sierra de Cazorla en los bajíos del pantano del Tranco o en dehesas porque son zonas más abiertas con pelotas enormes de ciervos. Aunque Soria presenta unos paisajes muy únicos.

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  • jfuentes

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    Fantástico! no dudaré en consultarte a finales a de agosto. Me parece una opcion muy interesante sobretodo con niños «cosmopolitas»

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  • Lydia

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    Gracias por la sugerencia. Tomo buena nota, porque además, Cazorla la tengo pendiente.

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  • venados en berrea

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    No deja de sorprender el hecho de ver cómo los grupos de venados, que han pasado todo el verano juntos, comienzan a separarse en busca de sus parcelas en solitario. Fenomenal!

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