«Las orillas literarias del Mississippi»

Por: Javier Reverte (texto y fotos)

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El Mississippi es un río que da mucho de sí. Dicen las gentes poco informadas que América no tiene historia, como si la historia fuese una cuestión relacionada con la vejez y el tiempo. En cambio, yo veo la historia en relación con la intensidad de la vida. Pongo un ejemplo: ¿cuál es la historia de Suiza? Será extensísima si uno la cuenta por siglos y estará llena de aristócratas ariscos, egoístas y gigantones, pero a nadie le emociona en exceso, que yo sepa. ¿A quién va a apasionarle un país dominado por los banqueros y cuyo gran invento es el reloj de cuco? En cambio, los Estados Unidos, como quien dice un país casi recién nacido, presenta una historia apabullante, la más intensa de casi todas las peripecias históricas de nuestros días. Sumen, si no, acontecimientos: descubrimiento, colonización, guerra de la Independencia, guerra de Secesión, conquista del Oeste, industrialización; y los indios, los gánsteres, los pistoleros, la lucha por los derechos civiles, la guerra de Vietnam… Nueva York, las Vegas, San Francisco… ¡qué se yo! Compare el lector con el reloj de cuco. La Historia del mundo contemporáneo tiene su mayor protagonismo en este joven país de América.

Hace unos meses, viajé recorriendo un buen tramo del río Mississippi, entre la localidad de Hannibal, al norte de la ciudad de San Luis, y Nueva Orleáns, en su desembocadura en el Golfo de México. Hannibal es el pueblo en donde nació y pasó su infancia y primera juventud el escritor Mark Twain, cuyo nombre bautismal era Samuel Clemens. Y el pueblo, al que en la ficción llamó San Petersburgo, es el escenario de sus más famosas novelas: “Las aventuras de Tom Sawyer” y “Huckleberry Finn”.

La casa en donde nació Twain es un museo que celebra su memoria y hay un restaurante que se llama como él y otro bautizado Tom Sawyer

Hannibal hoy es casi un parque temático dedicado al escritor. No sólo hay dos estatutas suyas en la localidad, sino otra en la calle principal que representa a Huck y Tom, hombro con hombro, partiendo en busca de aventuras. La casa en donde nació Twain es un museo que celebra su memoria y hay un restaurante que se llama como él y otro bautizado Tom Sawyer. El escritor, que era un gran humorista, se hubiera tronchado de risa al ver su retrato encima de una hamburguesa y a su personaje ofreciendo “hot dogs”.

Rio abajo llega uno al condado imaginario de Yoknapatawpha, que en realidad se llama Lafayette, y que constituye el territorio sobre el que se cimenta casi toda la obra novelística de William Faulkner. El escritor, que nació en el pueblo de Oxford, muy cerca del rio Mississippi, pasó casi toda su vida en su pueblo y, como es natural, su casa es también museo. En Oxford han sido más discretos que en Hannibal y no hay ninguna hamburguesería que se llame Faulkner.

Y en fín, más abajo, en New Orleans, junto a la boca del rio, Tennesse Williams situó algunos de sus dramas, entre ellos el inolvidable “Un tranvía llamado deseo”. Muchos de quienes afirman que los Estados Unidos carecen de Historia, suelen añadir que tampoco cultura. Y yo me pregunto: ¿Qué rio de Suiza –por no decir de Europa- puede presumir de haber visto crecer en sus orillas tanta y tan grande literatura?

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Comentarios (4)

  • Begoña

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    Gran lección de historia. «Como si la historia fuera una cuestión relacionada con la vejez y el tiempo»… Me encanta

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  • Ciodo

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    Magnífico Reverte, como siempre… Enhorabuena por la web, señores, cada día me gusta más.

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  • Juancho

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    Fantástico, Reverte! No hay palabras

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  • nany

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    Ohhhh, javier, eres mi idolo, llevo tanto tiempo leyendo, disfrutando y aprendiendo con tus libros, que esto es fantastico. ¿para cuando un viaje en tu compañia, seria maravilloso. ? felkiz 2011

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