Ya sólo me queda mirar al norte y empezar otra vez a andar para volver a caminar sobre África y sus desiertos. Lugares en los que no he estado como Libia, de la que dicen esconde el Sahara más bello; Kenia y su ruta seca hacia el Lago Turkana o Sudán y su vida apacible mirando al Nilo.
Mi última mirada a Ciudad del Cabo, real, desde la Table View, fue como mi estado de ánimo en aquel momento: niebla, que no dejaba ver la ciudad al otro lado de la bahía, y un barco hundido, ya de hierro carcomido, delante de mis ojos