En el Puente de Mostar
Por:
Javier Brandoli (texto y fotos)
En el Puente de Mostar las sombras andan tan deprisa de madrugada que nadie las ve. En el Puente de Mostar los mapas son de vidrio y las torres son ciempiés. En el Puente de Mostar se oyen rezos y campanas y cuando atardece danza ebrio el viento sin saber dónde perder. En el Puente de Mostar huele a comida generosa, a puchero de barro, a carne de pez...