Traficantes de joyas en el Taj Mahal
Por:
Enrique Vaquerizo (texto y fotos)
Una hora después nos planta dos sonoros besos y nos deja en la puerta del Thaj Majal, los dos jóvenes mochileros contemplan esa maravilla casi con indiferencia, en sus ojos sólo hay espacio para el fulgor de las aguamarinas, y hacen planes, muchos planes. No hay tiempo que perder, ¿Que harán con la pasta?