Por:
Daniel Landa (Texto) D.Landa / Sonia García (Fotos)
"No hay fiestas histriónicas, ni macarras en moto, ni chicas vendiendo una noche de verano, ni chiringuitos de playa. En la isla de Santa Cruz sólo se escucha el sonido de las olas y el aleteo de los pelícanos."
Nadie les ha explicado que unas ruinas no deberían convertirse en un mercadillo porque el político que debe decidir echarlos vive de sus votos y el turista es siempre un ave de paso que quizá, en el peor de los casos, haga una crítica en su blog de viajes que sus hermanos no le han confesado que tampoco lo leen.