San Marcos, vacío e inundado

Esta es TU SECCIÓN. Queremos que nos envíes tu rincón preferido del mundo, con tres premisas: un minuto de duración, una cámara fija y un breve texto explicativo. Comparte ese momento, ese lugar, ese recuerdo inolvidable de tu viaje. Esta es una ventana abierta a las esquinas del mundo. Mándanos tu vídeos a: vap@viajesalpasado.com

Nos mojamos los pies en San Marcos, Venecia. Y lo hicimos solos, sin apenas nadie que nos importunara esa emociónante sensación de estar haciendo algo único sin testigos. Era una noche de agua alta. El mar lleva siglos queriendo quedarse con Venecia, y el hombre lleva el mismo tiempo negando la evidencia de que no flotan los mármoles.

Nosotros contemplábamos todo inquietos. Nos descalzamos y metimos entre aquella gigante bañera de agua de mar con los caballos de Bizancio mirándonos y el Campanille a punto de hervir. Replicaron de pronto los campanas, que sonaban a muerto vivo y a vivos muertos. Tocaban para nadie, para el cielo de plomo y las aves. Eran los tiempos del Covid. Y ahí nos quedamos, quietitos, sin saber cómo manejar aquella soledad y belleza. Nos sentimos dioses y gigantes.

Vídeo: Javier Brandoli

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