Especialmente en el norte, en el estado de Sonora, el rechazo hacia la comunidad China fue aumentando. Se crearon Ligas antichinas en varias ciudades, se saquearon constantemente sus tiendas y huertos e, incluso, en 1923 se promulgó una ley que impedía los matrimonios mixtos entre mexicanos y orientales.
La plaza principal, que hace cientos de años servía de posada a viajeros, estaba ahora plagada de discotecas donde la música se estrellaba con nuestras ganas de paz.
El paisaje era una escalera de gigantes, rompían en verde las terrazas de arroz y las ancianas vestían sus colores de orgullo indígena. Estábamos en Yunnan, la menos china de las provincias de China.
Las montañas de Zhangjiajie no se pueden entender, abarcar ni pronunciar. Sólo la imaginación las explica porque este paisaje es un invento, una broma ingrávida de la naturaleza, que inspiró a James Cameron para recrear su mundo imposible en “Avatar”
A partir de ahí debíamos grabar, rezar y mirar lo menos posible hacia abajo, aunque para colocar mis pies era obligado ver cómo la montaña se desvanecía y el suelo se hacía tan pequeño, tan distante, que me entraba una risa tonta y nerviosa, propia de las situaciones de pánico incontrolado.
¿Viajamos para estar o para ver? ¿Buscamos destinos en el mapa simplemente para llegar o también para conocer? En cualquier viaje, es inevitable estar en lugares que no ves o ver sitios en los que, pasado el tiempo, parece que nunca has estado. En mi camino hacia las faldas del Everest, Shigatse era un par de noches en la hoja de ruta, un monasterio, el de Tashilumpo, y un fuerte en ruinas custodiado por perros asilvestrados.
Como son 1.200 millones, y yo apenas tengo tres semanas para conocer un porcentaje residual de su territorio, cualquier cosa que diga acerca de China tiene más o menos la validez de lo que diga de Noruega, donde no he estado nunca.
No nos engañemos, hemos oído todos tantas cosas de estos formidablemente herméticos chinos, que yo me imaginaba cruzando la frontera y encontrándome un tío en metralleta que me obligara a besar una foto de Mao para evitar ser encarcelado.