Las montañas blancas, el país sagrado, un adiós
Los dos últimos meses del viaje han sido, probablemente, los más intensos. Nepal y sus maravillosas montañas sagradas revelaron en mi un placer por la naturaleza que desconocía. Subir sin parar cientos de metros arriba cada día, apuntando a un destino incierto de nieve, frío, y las mejores postales del mundo, me generaba una mezcla de inseguridad y gozo difícil de describir.