estados unidos

8 artículos

Un barco yanqui en La Habana

La tarde anterior a su llegada había familias mirando el horizonte. ¿Saben si llega hoy el barco yanquí?, le pregunté a dos parejas que me fijé que no hacían nada desde hace unos minutos que no fuera mirar el ir y venir de las olas. "Eso estamos esperando, que llegue", me respondieron ellos con una media sonrisa. Y yo contemplé a su lado, durante algunos minutos, ese mar de La Habana desde el que la alegría cubana se cierne en algo de tristeza, en marcha apresurada y en cuerpos que se hunden tratando de encontrar algo de libertad.

Canada: el conductor elegido para las noches de borrachera

La circunnavegación del globo sobre dos ruedas ya se ha hecho muchas veces y muchas más se hará. Como experiencia personal es de las más intensas que conozco, pero como empresa literaria está ya algo vista, puede que incluso demasiado. Actualmente se corre el riesgo de que se banalice y llegue a cansar por saturación a fuerza de lanzarse viajeros a la carretera con el único fin de contar sus experiencias en las redes sociales para devenir famosos o tener seguidores.

Wild Yellowstone

Para poder sentir la magia de este lugar es necesario visitar el parque durante los amaneceres y/o atardeceres, ya que en las horas centrales del día hay demasiados turistas y se pueden observar pocos animales, a excepción de los bisontes que parecen estar eternamente custodiando Yellowstone.

La desconocida ruta de los descubridores españoles de California

Juan Bautista de Anza nació en 1763 en el actual México, cerca de Arizpe. Hijo de un militar español asesinado por los apaches, se alistó joven en el Ejército. Con 24 años ya era capitán. Destacado en lo que hoy es Arizona, solicitó permiso al Virrey de Nueva España para intentar una vía terrestre hasta California. En 1774 marchó con 20 soldados, 3 curas y 140 caballos a través de un pelado e ignoto desierto, territorio de los indios yuma y de las serpientes de cascabel.

Biosfera II: el fracaso del edén de cobayas humanas

Los elegidos para la gloria habían superado exigentes pruebas de admisión, se suponían maduros, estables y comprometidos, pero en cuanto comenzaba la convivencia, se dividían casi de inmediato en facciones, conspiraban entre ellos, se odiaban abiertamente y hasta se escondían la comida. Aunque también podría objetarse que para constatar semejantes fenómenos de egoísmo y conflicto, quizá no hubiera hecho falta gastarse tantos millones de dólares ni plantar un manglar en el desierto.

La historia y el McDonald’s

La pasada semana escribía sobre campos de batallas y, un poco de lado, me referí al campo de Gettysburg, por donde anduve deambulando una mañana fría en marzo de este año. Los feroces combates del 1 al 3 de julio de 1863 en los arrabales de este pequeño pueblo de Pennsylvania...
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