En la tumba de Mido Macia
Por:
Javier Brandoli (texto y fotos)
Atrás quedan aquellas dos mujeres mayores, vestidas de riguroso negro y ojos penetrantes que ahora con el reflejo del sol parecen profundamente húmedos. Sus miradas son profundas, extrañas. No hay nada, no hay gente, hay olvido y silencio. La muerte de Mido es ya sólo eso, olvido. No hay más tiempo para él en la vida.