Irán: sonidos de un hayedo

En un lugar donde compartimos espacio con el lobo, jabalí, marál, oso y leopardo es aconsejable averiguar que animal puedes tener cerca y cual es tu posición respecto al viento. Es como estar en un constante juego de máscaras. No es un trabajo peligroso en absoluto pero sí apasionante.

Existen causas efectos realmente extraordinarias en nuestras vidas, una de ellas y quizás la menos complicada es “abrir los parpados”. De esta manera dejamos entrar la luz para convertirla en información que codificamos en el celebro y nos ubica de forma espacio temporal en un lugar en concreto.

El 24 de Febrero, abrí los ojos sobre Sarí (Irán), su nombre pierde la fuerza de la capital (Teherán). Al pronunciar este nombre “sari” se dibuja una ciudad de unos dos millones de habitantes, donde por cada mano parece existir un comercio, el urbanismo es caótico, el tráfico sin autoescuelas y sus gentes se abren con simpatía despreocupada.

La luz codificada en mi cerebro dibuja las cumbres más altas abrigadas por el manto de un  hayedo y sus chimeneas de niebla

Son las 5:00 Am. Abro la ventana, salgo a un amplio balcón y se arroja sobre mi el aire helado de un paisaje de deshielo, me siento extraño como todas las ciudades, como un grano de azúcar en el suelo de una cocina. Solo el frío me quita el sueño, la luz codificada en mi cerebro dibuja las cumbres más altas abrigadas por el manto de un  hayedo y sus chimeneas de niebla.

6:00 Am. Inicio el camino, los primeros árboles son la puerta del sonido, la ciudad se cierra en la sala del otoño, los ocres son ahora la luz que entra en mis ojos, proceso y almaceno toda la información como un niño estrena caja de zapatos para guardar sus juguetes.

He viajado 10.000 kilómetros para llegar al borde del Mar Caspio,  y sumergirme en uno de los mayores hayedos del mundo.

9:00 Am.  Llevo tres horas caminando, la lluvia es un miembro más de la caravana. Gota a gota las miles de hojas que cubren el suelo van cambiando de posición, algunas saltan, otras giran, las hay que navegan por la ladera empujas por el pesado caer de la unidad del agua. La sensación es la de un movimiento constante del suelo, como si miles de trampas para ratón saltaran sin orden ni concierto.

Necesité varios días de adaptación sonora para poder leer los mensajes de este bosque de extraño dialecto

He de aclarar que este continuo sonido de golpear de lluvia sobre el lecho de hojas, confundió mi oído, Soy documentalista de vida salvaje y necesito identificar claramente las pisadas, los ruidos y los indicios de la fauna. Necesité varios días de adaptación sonora para poder leer los mensajes de este bosque de extraño dialecto. Por ejemplo, para que el lector pueda entenderlo de forma más gráfica. Era muy fácil confundir el murmullo que levantaba entre los árboles y ramas una repentina y fugaz  brisa de caminar más lento que el sonido, con la carrera lejana de una pequeña manada de lobos. Al contrario también acontecía, en nuestra absoluta inmovilidad descuidamos la entrada de un chacal que apareció a unos escasos 5 metros de nuestro lugar de espera, por suerte no le dábamos el viento y pudimos filmar a esta inocente criatura.

En un lugar donde compartimos espacio con el lobo, jabalí, marál, oso y leopardo es aconsejable averiguar que animal puedes tener cerca y cual es tu posición respecto al viento. Es como estar en un constante juego de máscaras. No es un trabajo peligroso en absoluto pero sí apasionante.

Desde mi punto de vista, para el viajero de naturaleza, este hayedo de 900 kilómetros de longitud que nace al borde del Caspio significa un claro viaje al pasado. Quién hasta aquí llegue debe estar dispuesto a andar durante horas con el fin conocer su verdadera personalidad y los modos de vida de las gentes del bosque que habitan desperdigadas en el corazón de sus valles.

No debemos pretender encontrarnos con un lobo o simplemente con un zorro, todo llegará en el momento adecuado

Deberá sumergirse sin esperar nada a cambio, no debemos pretender encontrarnos con un lobo o simplemente con un zorro, todo llegará en el momento adecuado. Aparecerá tras una sombra, con un caminar lento y ágil, en una mirada furtiva, si se tiene que producir. Aparecerá cuando olvidemos nuestro cuerpo, en el justo momento que el bosque elija.

No se debe olvidar, que siempre seremos más ruidosos que cualquier otro animal acostumbrado a su entorno, claro está, excepto los alborotadores pájaros carpinteros, cuya presencia será un buen indicio de que el entorno empieza a abrirse.

Es importante comprender que conviviremos con hombres y mujeres extraordinariamente educados. El pueblo iraní se caracteriza por el respeto que ejercen a sus tradiciones, a la jerarquía familiar establecida y al profundo valor del ser humano, por ello nuestro paso por este maravilloso país será un mar de agradables sensaciones bien acogidas por sus gentes.

Hay varios tipos de turismo, muy bien organizados por Jasmin Tours, quienes nos informarán sobre todas las rutas iranís y por todo aquello que sintamos curiosidad. Su presidente Esrafil Shafizadeh o cualquier persona de su oficina, nos atenderá en la siguiente dirección de correo info@iranjasmico.com (www.iranjasminco.com).

También estaré encantado de recibir cualquier duda en nachomoneda@gmail.com

 

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